En un comunicado de Endesa se señala que «la turbidez del caudal del Eume es un fenómeno natural que no entraña ningún riesgo sanitario y que no tiene efectos adversos sobre la flora o la fauna del río. Así lo confirma la Universidad de A Coruña, cuya Cátedra de Ingeniería del Terreno ha emitido un informe oficial al respecto».
Indican que «el dictamen también coincide en la línea adoptada por la Xunta de Galicia y el Concello de Pontedeume para mejorar la estación municipal de tratamiento de agua potable.
La Cátedra de Ingeniería del Terreno está dirigida por Jorge Delgado Martín. Este tiene reconocidos 25 años como docente y 18 como investigador. Además de su labor en Galicia, ha realizado estancias en universidades de Estados Unidos, Argentina y
Ecuador. En su currículo acumula más de un centenar de publicaciones científicas y
supera las 120 ponencias presentadas a congresos de diversos ámbitos».
El informe
El informe de la Cátedra de Ingeniería del Terreno destaca que Endesa realiza de
forma sistemática y permanente el seguimiento de la calidad del agua, lo que facilita el
estudio. Asegura también que “el cambio de color y transparencia del agua del Eume obedece al incremento del número de partículas de arcilla que es transportada en suspensión”. Advierte igualmente que la arcilla se presenta en partículas de muy pequeño tamaño, por lo que “su decantación es normalmente lenta en ausencia de agentes coagulantes”.
Aclara la Universidad de A Coruña que la turbidez “no ha propiciado ningún deterioro en cuanto a la calidad química o microbiológica del agua. Por ello, salvo las adaptaciones y actuaciones necesarias para gestionar en la ETAP (estación de tratamiento de agua potable) una carga de sedimentos superior a la habitual, el aumento de la turbidez no entraña (o ha entrañado) un incremento del riesgo sanitario o para la salud de las personas. Tampoco se han constatado efectos adversos cuantificables sobre la fauna o la flora del río Eume o de su entorno”.
La Cátedra de Ingeniería del Terreno indica que la causa del fenómeno es “un episodio
de lluvia intensa concentrada (por encima de las medias históricas) acaecido en la
cuenca del Eume el pasado agosto. Dicho episodio coincidió con una situación de nivel bajo de la lámina de agua del embalse. La combinación de ambas circunstancias condujo a una importante resuspensión y arrastre de sedimentos”. La mayor parte de estos quedó en la cola del embalse, si bien la fracción de grano más pequeño permaneció en suspensión fue transportada “hacia la presa en un proceso lento que se verificó preferentemente por debajo de la superficie”.
Los científicos de la Universidad coruñesa concluyen su dictamen indicando que “los
sedimentos que enturbian el agua descargada desde la presa no tienen su origen en
maniobras de desagüe de fondo de la presa o en vertidos accidentales. Su fuente está
aguas arriba de la cola del embalse, y su movilización es el resultado de una avenida
excepcional”. También confirman que “el origen de los sedimentos es natural y, por las
características contrastadas a través de análisis, no incorporan o liberan sustancias o
compuestos contaminantes susceptibles de generar efectos adversos sobre el medio
natural”.