El Concello de Ferrol acaba de iniciar la licitación del nuevo contrato del servicio de ayuda en el hogar (SAF). Tras la aprobación del expediente en el pleno del pasado 30 de julio, el departamento de Contratación publicó ayer el anuncio en la Plataforma de Contratación del Sector Público. Este trámite da inicio al período de presentación de ofertas, que finalizará a las 23.59 horas del próximo 10 de septiembre.
El contrato tendrá una duración de dos años, prorrogables anualmente hasta un máximo de otros dos (2+1+1) y cuenta con un presupuesto base de licitación, sin impuestos, de 10.539.040,18 euros, mientras que el total del valor estimado es de 23.185.888,40 euros.
Tal y como recoge el pliego de prescripciones técnicas, su objeto será la prestación del servicio en las modalidades de libre concurrencia (o prestación básica) y de dependencia, es decir, la atención a las personas que hayan reconocido el derecho al SAF por el Sistema Gallego de Atención a la Dependencia. Entre los objetivos están mejorar la calidad de vida de los usuarios, posibilitar la permanencia de las personas en su entorno, favorecer la autonomía personal en el propio domicilio, mantener las redes de relación familiar y social, prevenir situaciones de dependencia o exclusión social, retardar la institucionalización y reforzar la solidaridad.
El SAF recoge una serie de actuaciones para llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como son la asistencia para levantarse y acostarse, apoyo en el cuidado y higiene personal, control del régimen alimentario, supervisión de las rutinas de administración de medicamentos y apoyo para cambios posturales. También en relación a otras actividades, por ejemplo, apoyo en tramites administrativos urgentes o acompañamiento para acudir a consultas o tratamientos. En cuanto a atenciones de carácter doméstico y de la vivienda, incluye la limpieza común, la compra de alimentos y productos de uso común, la preparación de alimentos, el lavado y cuidado de prendas de vestir, depositar la basura y la ayuda con los animales domésticos.
Además, recoge atenciones de carácter psicosocial o educativo, la posibilidad de actividades de acompañamiento y socialización y servicios de podología, fisioterapia y peluquería.
Subrogación de personal
El nuevo adjudicatario deberá disponer de recursos humanos y material de sobra para prestar el servicio. Dentro de los primeros se cuentan 1 responsable de coordinación, 1 coordinador cuando haya entre 50 y 99 usuarios (2 para entre 100 y 199, 3 para entre 200 y 399 y un incremento de 1 por cada 200 usuarios), y suficientes auxiliares de ayuda a domicilio. En la actualidad trabajan en el SAF 170 empleadas de esta categoría profesional, mientras que 8 pertenecen a la de coordinadores. El pliego contempla la subrogación de todo el plantel.
En el referente a los medios materiales, se exigen un mínimo de 4 vehículos para desplazamientos de personal auxiliar, 1 equipo informático por cada técnico, 1 oficina que cumpla los requisitos exigidos por la Xunta de Galicia para disponer de permiso de inicio de actividad, 1 teléfono móvil por cada técnico, 2 uniformes completos con chapas de identificación y guantes por cada auxiliar y un mínimo de 5 grúas, de 5 arneses, de 10 camas articuladas, de 1 cadera de subida y bajada de escaleras, de 10 sillas giratorias, de 10 silas de ruedas, de 10 andadores, de 10 cojines antiescaras, de 10 patas de elefante y de 10 alzadores inodoros, además de otros elementos auxiliares necesarios.
Dentro de los protocolos de actuación existirá el deber de aplicar las directrices marcadas por el personal técnico municipal y se establecerán reuniones de coordinación entre el Concello y la empresa con una periodicidad mínima mensual. A mayores, se deberá acudir a todas las reuniones que sean convocadas por el Concello. Para el control de calidad, la empresa deberá contar con un software de gestión que comunique diariamente toda la información relativa a los usuarios y al personal. Este sistema deberá ser compatible con el de la Administración municipal.
Una prioridad de la concejalía de Bienestar Social
La elaboración del pliego técnico fue una de las principales prioridades de la concejalía de Bienestar Social a lo largo de los primeros meses del presente mandato, ya que era necesario iniciarlo de cero y se trata de uno de los contratos más importantes que tiene el Concello, tanto en el plano económico como en el social. Nada más asumir la competencia, la concejala Eva Martínez Montero puso en marcha a redacción del documento y, en paralelo, mantuvo permanentes contactos con trabajadores y empresas para tenerlos informados de los pasos que se iban a dar. Entre tanto, fue necesario formalizar una prórroga del segundo lote del contrato en vigor, aprobada por el pleno de la corporación el 26 de septiembre del año pasado.
El mencionado pliego técnico se finalizó a finales del pasado febrero, después de que en la reunión de la Comisión Informativa de Bienestar Social, Igualdad, Mujer, Juventud y Patrimonio Histórico celebrada el día 13 de ese mes se les presentara a los grupos políticos municipales un borrador para que pudieran hacer sus aportaciones.
Según explicó Martínez Montero, a aquel documento se incorporaron más del 50% de las propuestas trasladadas por la oposición. Así, el 26 de febrero se le remitió al departamento de Contratación para su revisión técnica y jurídica. En coordinación con los servicios jurídicos y técnicos del Concello, durante los últimos meses se fueron cumpliendo todos los trámites necesarios, con el fin de contar con todos los informes que son preceptivos antes de poder someter el expediente a la aprobación del pleno.
Se trata de un contrato que, en palabras de la concejal, es “ambicioso” y “muy competitivo”. Además, va “a mejorar sustancialmente el actual servicio”. Esto se debe, por una parte, la que se presentará en un solo lote con el objetivo de “optimizar recursos”. Por otra, la que el precio de licitación prácticamente dobla el del actual.
Esta es la primera vez que se va a revisar desde el año 2014. Ahora, a partir de su adjudicación, permitirá atender a un mínimo de 87 usuarios más. “Será así si hablamos de usuarios de grado 3, con mayor dependencia. Si no, se podrá extender a muchos más, como es previsible”, detalla Martínez Montero. En este momento, el número de beneficiarios se sitúa en torno a los 400.