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(LaVozdeCádiz-Javier Rodríguez)-La carga de trabajo en los astilleros gallegos es muy superior a la que tienen ahora las factorías gaditanas. El último contrato firmado entre Navantia y Iberdrola, para construir 62 ‘jackets’ del complejo eólico-marino de Saint Brieuc, sitúan a las plantas gallegas en una órbita superior. Los astilleros gallegos gozan de buena salud gracias también a la reparación de petroleros y gaseros y al contrato de Defensa para la construcción de las fragatas F-110 para la Armada española, amén del contrato de los dos buques logísticos par la Marina de Australia. Este escenario dista mucho del que viven la plantas gaditanas, cuyo horizonte no va más allá del año 2022, en el que se entregará la última de las cinco corbetas saudíes que se construyen en San Fernando.
La ausencia de contratos tanto de construcción naval como de proyectos offshore arrojan serias dudas sobre el futuro a corto y medio plazo de las tres plantas de la Bahía y de su industria auxiliar. La crisis sanitaria del coronavirus ha dado paso a una crisis económica que ha tenido un fuerte impacto sobre las expectativas de Navantia en Cádiz. Así, las grandes compañías de cruceros han aplazado ‘sine die’ las obras de reforma que tenían contratadas en el astillero de la capital para sus flotas, mientras los actuales encargos que se llevan a cabo en el astillero isleño y en el de Puerto Real se han tenido que reprogramar para cumplir con un nuevo plazo de entrega al cliente.
Reparto equilibrado
En estos momentos, la carga de trabajo en las dos principales factorías de Navantia en la Bahía, San Fernando y Puerto Real, está garantizada hasta primeros de 2022, salvo que la compañía logre en los próximos meses amarrar una nueva obra. Más difícil lo tiene la industria auxiliar con solo un 30% de ratio de actividad, lo que pone muy cuesta arriba, según el presidente de la patronal del metal y responsable del Clúster Marítimo Naval, Diego Chaves, el mantenimiento de las plantillas.
Esta situación ha llevado a los comités de los astilleros gaditanos a reclamar un reparto equilibrado de la carga de trabajo en Navantia. De hecho, el próximo lunes, el comité de la factoría de Cádiz celebrará una asamblea en la se abordará este asunto y la solicitud formal de un traslado de carga de Galicia a la Bahía.
Antecedentes con polémica
No es la primera vez que Navantia ha realizado un trasvase de carga del norte al sur y del sur al norte, pero esta medida siempre ha estado envuelta en polémica. En 2014, por ejemplo, Navantia desvió la construcción de ocho bloques del buque flotel para la petrolera mexicana Pemex de Fene al astillero de Puerto Real. El desvío suponía solo un 2% del total de la obra, sin embargo, los políticos gallegos se encargaron también de echar leña al fuego y poner el grito en el cielo por esta medida de estrategia empresarial.
En 2016 y para cubrir en cierto modo la inactividad que se avecinaba en el astillero de Ferrol, la dirección de Navantia desvió a Galicia una sección de dos de los cuatro petroleros Suezmax que se construían en Puerto Real para el grupo vasco Ibaizábal. También fue una medida muy criticada en la Bahía.
En marzo de 2019, Navantia decidió desviar carga de trabajo que iba a ejecutarse en el astillero de Fene al de Puerto Real. Así, una de las cinco plataformas de eólica marina del proyecto Kinkardine, un parque que promueve la española Cobra en aguas escocesas, se construirá en la Bahía. De hecho esta obra, que es una jacket flotante, sigue aún en curso.
Que lo manden a donde están con los submarinos s80, así tendran trabajo hasta 2098, porque eran para el 2013 por 1800 millones y en el 2020 van 4000 millones y aún ni 1 entregado.