Disposiciones de la Diócesis ante el posible pase a la fase 3 del proceso de escalada

Ante la previsible entrada de Galicia, el próximo lunes, 8 de junio, en la fase 3 del llamado proceso de “desescalada” de la pandemia del Covid-19, el obispado de Mondoñedo-Ferrol ha hecho llegar a su clero, comunidades religiosas y delegados laicos las disposiciones, tanto de carácter general como de carácter litúrgico, para afrontar en nuestra diócesis dicha fase 3, una vez que ésta entre, efectivamente, en vigor.

El obispado desea expresar, ante todo, sus condolencias ante “el dolor por los fallecidos a causa del virus Covid-19” y su oración por las víctimas, sus familiares y seres queridos.
Del mismo modo, desde la diócesis, se da gracias a Dios “por los profesionales de la salud y de todos los servicios a la sociedad, por los voluntarios laicos, sacerdotes y personas consagradas, con una mención especial a todas las Cáritas y a la pastoral de la salud”.

Disposiciones de carácter general

En este primer apartado de disposiciones, el obispo diocesano,Luis Ángel de las Heras Berzal, CMF, comienza por prorrogar hasta el final del “proceso de desescalada” la dispensa del precepto dominical, manteniendo la invitación a seguir la Misa a través de los diferentes medios de comunicación. En esta tercera fase, tendrá lugar una progresiva reapertura de los templos, templos que se irán sumando a los que ya se habían abierto para las fases 1 y 2 (la Catedral de Mondoñedo y las principales iglesias de referencia establecidas en el Plan Diocesano de Unidades Pastorales). Esta reapertura quedará en manos de los párrocos, quienes tendrán que considerar que se pueden cumplir las exigencias impuestas por las autoridades sanitarias. Será cada arciprestazgo el que organice y anuncie dicha reapertura.

Por lo que se refiere a las normas de asistencia, el aforo estará limitado al 75% de la capacidad del templo. Se mantiene la obligatoriedad del uso de la mascarilla, la
distancia de seguridad entre personas y el hacer uso del gel hidroalcohólico tanto a la entrada como a la salida de la iglesia. Y las pilas de agua bendita continuarán vacías.

En cuanto a las celebraciones de bautizos, comuniones, confirmaciones y matrimonios, serán organizados por los párrocos en diálogo con feligreses, catequistas y demás personas implicadas”. En el caso de funerales y aniversarios, párrocos y familiares acordarán su celebración (asumiendo, por supuesto, todas las condiciones sanitarias) o podrán posponerla hasta que cesen las restricciones.

Apartado especial, el que hace alusión a romerías, procesiones, fiestas y peregrinaciones,que previsiblemente lleguen a congregar un gran número de fieles, se pospondrán hasta que haya posibilidad de convocarlas sin peligro para la salud”.

Disposiciones en la Liturgia

Por lo que hace referencia a las indicaciones litúrgicas para la celebración de los sacramentos, se mantienen las ya dispuestas en las fases 1 y 2; por lo tanto, en la Eucaristía, se continuará evitando “los coros, así como la entrega de hojas de cantos y otros documentos de papel”; para la colecta, el cestillo seguirá situado cerca de la salida; se vuelve a detallar la desinfección de las manos del celebrante y cualquier otro ministro de la comunión; el saludo de la paz se seguirá realizando con un gesto que evite el contacto físico; y la comunión se ha de recibir en la mano.

En cuanto a las confesiones, tanto el penitente como el confesor deberán usar
mascarilla y realizarán este sacramento en un espacio amplio que permita distancia y
confidencialidad.

La Unción de enfermos seguirá realizándose por el rito breve y si quienes la reciben son enfermos del Covid-19, será necesario “el uso de bata, guantes, mascarilla y pantalla protectora”.

El obispado de Mondoñedo-Ferrol agradece a todos “la responsabilidad, la paciencia y el esfuerzo por este cuidado de la caridad”.

 

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