La Guardia Civil ha detenido a siete personas en A Coruña acusadas de cometer 31 delitos de estafa, la mayor parte de ellos a miembros de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), y por delito de blanqueo de capitales y pertenencia a un grupo criminal.
Los agentes han realizado la intervención en el marco de la operación ‘Pukai’, iniciada a raíz de varias denuncias en el área de A Coruña. Todas las víctimas denunciaron una estafa perpetrada por diferentes personas que usaban el mismo ‘modus operandi’.
En concreto, los presuntos delincuentes llegaban a un establecimiento y pedían a emisión de un ticket de pago seguro por un importe determinado. Una vez emitido, el supuesto comprador pedía al vendedor que le indicase cuál era el código que necesitaba utilizar para realizar ese pago seguro, ya que «era novel en este tipo de transacciones», explica la Guardia Civil.
En ese momento, uno de los acusados aprovechaba «la deficiencia visual del empleado para fotografiar el código con un móvil sin levantar sospechas». Después, el solicitante decía no tener efectivo suficiente para abonar la cantidad y aseguraba ir al coche para buscar lo que faltaba, desaparecía y no volvía al lugar, por lo que el trabajador anulaba el comprobante, pero para entonces el importe total del mismo ya había sido consumido.
Lo que sucedía en ese breve periodo de tiempo se explica de la siguiente manera. Cuando uno de los supuestos estafadores abandonaba el local, enviaba el código a otra persona que lo utilizaba para invertir el importe del ticket en diversas cuentas online de una conocida casa de apuestas.
Tras abonar el ingreso, otro de los componentes del grupo procedía a retirar el dinero a través de una tarjeta específica para los cajeros de los que se dispone en las entidades de esta casa de apuestas, sin necesidad de que ninguno de los empleados de la misma interviniese.
Así, los acusados se hacían con el dinero que, en un primer momento, fue transferido por los trabajadores de la ONCE sin que se les llegase a pagar.
«ENTRAMADO DELICTIVO COMPLEJO»
Según la Guardia Civil los siete detenidos «habían configurado un entramado delictivo complejo, con las funciones de cada uno de sus miembros bien definidas y el uso de los cajeros de las casas de apuestas como un sistema propio de cajeros automáticos». Así, evitaban el seguimiento de las cantidades estafadas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
De esta manera, el grupo actuó numerosas veces en los ayuntamientos coruñeses de Cambre, Betanzos, Miño, Arteixo, Ferrol y la ciudad herculina y se valían de la «vulnerabilidad de los damnificados«, casi todos empleados de la ONCE.
En todo caso, los agentes «no descartan la existencia de más perjudicados, por lo que continúan las gestiones en ese ámbito» después de haber detenido a los siete presuntos autores de los delitos de estafa, blanqueo de capitales y grupo criminal.