José Carlos Enríquez Díaz
Ferrol es una preciosa ciudad con grandes posibilidades comerciales e industriales y turísticas, cuenta con una rica historia cultural y sobre todo con gentes muy cosmopolitas. Ferrol fue cuna de insignes políticos y militares desde siempre. En ella nacieron gentes como Pablo Iglesias el fundador del PSOE, José Canalejas, quizá uno de los políticos más brillantes que ha tenido España, pero también de Ferrol han salido mujeres insignes como Concepción Arenal, que luchó por sus ideas y sobre todo por ser abogada… luchó hasta el punto de que para entrar como mujer en las aulas tuvo que disfrazarse de hombre.
Somos una ciudad que vive de cara al mar, que tiene un punto de nostalgia por el pasado y que se empeña en vivir del Naval cuando hay que diversificarse y generar empleo en otros sectores… hay que abrir nuevos nichos de mercado. Hay que potenciar todo lo bueno que tenemos en Ferrol por explotar. Podemos hacer de Ferrol una ciudad como Bilbao. Una ciudad que es ejemplo a nivel mundial de transformación urbanística y que ha mantenido una cultura y señas de identidad que la hacen única y singular. Nuestra ciudad cuenta con un potencial turístico increíble, tanto en playa como en montañas, tenemos espacios naturales y capacidad de un turismo de calidad. Tenemos el naval y quizá hay que empezar a apostar por la agricultura en el rural y abrir espacios para nuevas empresas que apuestan por un crecimiento del espacio donde se instalan y por empresas que defiendan lo ecológico y diversificación del ecosistema… tenemos que luchar por un ferrocarril de calidad tanto en el FEVE como el RENFE. Optar por una ciudad de servicios junto a todo lo demás donde la cultura, nuestras costumbres resalten y donde Ferrol pueda salir en las guías más importantes por sus actos y por sus ciudadanos.
Las ciudades cambian, evolucionan, se transforman. Es lo que le ha ocurrido a Bilbao, un claro ejemplo de reconversión urbanística. La capital de Bizkaia ha renacido de sus cenizas en todos los sentidos: ha dejado de ser una ciudad gris dedicada a la industria y se ha transformado en una urbe cosmopolita y de diseño. Y eso sólo se puede hacer si contamos con personas que tengan nuevas miras y que luchen por su ciudad. Pero desde dentro, desde un conocimiento profundo y desde el yo no importo importa mi ciudad. Parece difícil poder encontrar políticos así, pero todavía queda alguno. Conocí hace pocas semanas a Eva Martínez, tiene un trato cordial y cortés, sabe escuchar y está abierta a las opiniones de los otros, son condiciones indispensables para vivir la caridad. Sólo así el diálogo mutuo será ocasión ordinaria de acercarse a la Verdad. ” El horno prueba los vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en su conversación. El fruto muestra cómo se cultivó un árbol; así, la palabra, los pensamientos del corazón humano” (Eclo 27:5)
Prueba de ello son sus palabras: “mi interés no es otro que sumar todos los esfuerzos para poder transformar la política social en acciones y medidas que conlleven intervención social, inserción e inclusión sociolaboral. Queremos hacer de Ferrol una ciudad de personas que puedan vivir con dignidad.” ¡Palabras que se están convirtiendo en hechos con su trabajo y su esfuerzo diario!
Una nota esencial de la madurez personal es la capacidad de diálogo, una actitud de apertura hacia los demás que se manifiesta en la cordialidad del trato y en un sincero deseo de aprender de cada persona. La política es el arte de dialogar y llegar a acuerdos que de otra forma solo se podrían llegar con la fuerza.
Hoy la política ha degenerado y se ha convertido en el arte de ganarse la vida con el mínimo esfuerzo aprovechándose de las oportunidades que ella le ofrece para engrosar sus cuentas corrientes y las de sus familiares y compañeros de partido. Pero Todavía quedan políticos honrados. Y no conviene olvidarlo. Eva Martínez Montero es una persona que conoce, y ama esta ciudad, la lleva en sus huesos. Además es una persona que viene avalada por la honestidad en su trabajo y en su profesión.
¡Por fin tenemos algo fresco! Personas como Eva son las que Ferrol necesita, personas que abran las puertas de esta ciudad para sacar lo rancio, el olor a humedad y dar paso a gente nueva con valía…
El político de raza debe velar por los demás, mirar por su cuidad, por su comunidad, por las necesidades de sus ciudadanos. Porque los problemas de la gente son sus problemas y no el éxito propio. Queda su interés personal relegado por el interés general. Además, es capaz de rodearse de los mejores, sin temores. Prepara con detalle y minuciosidad cada uno de los temas que tiene que analizar, consciente de que detrás de cada una de sus palabras y de sus acciones existen medidas, normas, que van a repercutir positiva o negativamente en cada uno de los ciudadanos; por tanto, sus decisiones han de ser meditadas y no surgidas de un arrebato pasajero. Qué difícil es encontrar personas como Eva que dispongan de esa combinación perfecta, compaginar la discreción, humildad, sencillez personal con la brillantez política traducida en buscar el bien común y no el interés particular.El político de raza lleva en su ideal el pedigrí de la honradez, la inquietud por el trabajo bien hecho. Faltan políticos, de verdad, que aborrezcan la mentira, que amen el diálogo, que cumplan sus promesas, que busquen el acuerdo sin partidismos. Me gustaría para Ferrol más gente de Ferrol como Eva Martínez que defienda lo mío, mi ciudad, que cree en un Ferrol del Siglo XXI, que tenga una idea de ciudad y donde Ferrol vuelva a ser lo que fue y no debió dejar de ser. ¡Animo Eva!
Bravo por tu comentario, José Carlos. Para vosotros, claro que el modelo sería Bilbao, que se acabó convirtiendo en una referencia mundial, pero para eso hace falta tener miras que vayan más allá de los 4 años, cosa que en nuestra Galicia es rarísimo en todos los colores políticos. En Orense, por ejemplo, es ese el plazo máximo y asi nos va, camino de le extinción, como no pensemos a largo plazo, otros(Con minarete) querrán ocupar el vacío que dejemos, con los conflictos sociales que se originaran.
Muy bien José Carlos. Coincido totalmente con todo lo que dices.