Enrique Barrera Beitia
La decadencia de Ferrol es un asunto que puede terminar cansando a los lectores por repetitivo, pero vuelvo a tratarlo por ser el más importante y porque leyendo los muchos artículos sobre este tema, encontramos una amplia coincidencia en lo que habría que hacer para ir saliendo del pozo. Basta recordar que somos la segunda ciudad española que más población ha perdido en la últimas décadas, en parte por combinar una bajísima tasa de natalidad con una muy elevada de mortalidad (5.5 nacimientos y 13.2 defunciones por cada 1.000 habitantes, respectivamente), y en parte por una alta emigración.
Creo que todos coincidimos en cuatro aspectos importantes.
1. La tasa de emprendedores en nuestra ciudad es más baja que en el resto de España; Tenemos 4.000 empresas, cuando estando en la media tendríamos 4.850. En 2013, los viveros de empresas de la Cámara de Comercio de Ferrol y de Cofer, sólo acumulaban 32 empresas y 71 empleos, frente a las 1.012 empresas y 3.321 empleos de los otros 20 viveros distribuidos por Galicia.
2. Los motores tradicionales de la economía ferrolana, la Marina y Navantia, siguen siendo los más potentes, pero aportarán menos empleo y riqueza que en el pasado, por la supresión del servicio militar obligatorio, y por los reglamentos comunitarios. Los picos de producción en el astillero, actúan históricamente como un freno para buscar alternativas.
3. No hay suelo industrial en Ferrol, salvo el que se pueda liberar dentro de los astilleros de Navantia. El pasado 19 de julio, se produjo una reunión entre Cofer y la gerente de Suelo Industrial de Galicia, la ferrolana Beatriz Sestayo Doce para tratar estos asuntos.
4. La diversificación económica existe, pero es insuficiente. Mientras que Reganosa puede cerrar a medio plazo, bien por sentencia judicial o por falta de rentabilidad, el turismo (cruceros, surf, camino inglés), los eólicos y la Universidad, son nichos económicos sostenibles, pero insuficientes. No sabemos cuanto aportará el puerto exterior y el hipotético puerto seco, quedando como nicho laboral más importante y prometedor, la recuperación de la actividad marisquera en paralelo a su saneamiento.
Por lo tanto, todos los esfuerzos tendrían que converger en tres tareas urgentes y concretas, que no presentan obstáculos financieros especialmente problemáticos:
1. Aumentar el número de emprendedores.
2. Disponer de suelo industrial en Leixa-Mandiá debidamente ubicado y dotado.
3. Iniciar la regeneración de los bancos marisqueros