Julia Mª Dopico Vale
Los nuevos tiempos musicales que vivimos, el ambiente y conocimiento del medio y también el particular talento son los motores que conducen a la jovencísima violinista gallega, Marta Varela Cordero, a la región de Gstaad, en los Alpes Suizos, el paraje que un día enamoró al propio Yehudi Menuhin y en donde se encuentra la prestigiosa Academia Internacional de Música Piccolli Virtuosi, un centro educativo en el que se combinan los estudios académicos oficiales en francés, alemán o inglés con los musicales, priorizando sobre éstos, algo que permite la flexibilidad del sistema suizo con el objetivo de desarrollar en el futuro brillantes carreras profesionales.
Clases individuales con maestros como Miguel Negri y sus innovadores métodos, ensayos de repertorio con acompañante al piano, asistencia a conciertos, participación en los mismos…son algunas de las actividades para que estos seleccionados jóvenes procedentes de todos los lugares del mundo puedan disfrutar y sobre todo aprender, obteniendo una esmerada formación y educación musical.
Marta Varela, nacida en el seno de una reconocida familia de músicos, acaba de tener la suerte de ser elegida para integrarse en estas enseñanzas de élite, siendo a la par claro ejemplo del importante nivel que muestran hoy en día nuestros intérpretes, una auténtica y rica cantera musical de Galicia. Ella toca el violín desde los cinco años, formándose con profesores como Yuri Nasushkin o Grigori Nebodora y desarrollando una ingente acción: viajes, cursos, conciertos…vinculada a la Orquesta Sinfónica de Galicia, a la que considera su “segunda casa”. Ahora dispone de un ambiente ideal para desarrollar todo su potencial, su talento y también la profunda exigencia que requieren la técnica y la expresividad del violín con la finalidad de alcanzar un alto estándar instrumental. Ella sabrá aprovechar esta experiencia única. Eso le deseamos.