Varios centenares de personas se han dado cita en la tarde de este lunes para poder visitar el submarino «Mistral» que atracó en las primeras horas de la tarde de este domingo en uno de los muelles del Arsenal Militar.
Durante este lunes y mañana martes, de 16.00 a 19.00 horas se celebran jornadas de puertas abiertas para la visita al buque de la Armada Española.
Fueron tantas las personas que acudieron ante las puertas del Parque del Arsenal, frente a la plaza Vella que algunas se vieron imposibilitadas a poder entrar en el recinto militar por lo que tendrán una nueva oportunidad en la tarde de este martes. Una vez en el interior los que consiguieron «cupo» fueron distribuidos por grupos y acompañados hasta la zona donde se encuentra el «Mistral».
Una unidad capaz y eficaz de cumplir las misiones encomendadas
En declaraciones en la COPE el comandante del “Mistral”, capitán de corbeta Jorge Garrido Maestre, ha manifestado que “el submarino Mistral es el tercero de su clase, construido por la antigua Bazán, hoy Navantia, en su astillero de Cartagena (Murcia) y fue botado en el año 1983, siendo entregado a la Armada en el mes de junio de 1985, por lo que está a punto de cumplir 34 años”.
“Se trata de una unidad capaz y eficaz de cumplir con todas las misiones, principalmente de inteligencia, de comunicaciones, de imágenes, de guerra electrónica, además de libertad de acción a las fuerzas de superficie, con el control del mar, negando el espacio al enemigo, a través de nuestros torpedos y minado, además de tener la misión de infiltración de equipos especiales sobre la costa”.
Con respecto a las misiones realizadas recientemente, Jorge Garrido ha destacado “operaciones de control de migración y de lucha contra el terrorismo, además de participar de diversas maniobras tanto nacionales como internacionales”.
La vida a bordo
En cuanto a la vida a bordo de un submarino, el militar ha trasladado que “la dotación está compuesta por 67 personas, en donde la limitación bajo el agua la ponen los víveres y en donde podríamos estar 30 días sumergidos y sin tocar puerto”, a unos 300 metros de profundidad. En cuanto a la vida a bordo ha asegurado que “es una vida de mínimos, en donde hay mínima intimidad, muy poco espacio, muy poca luz, poco confort y las limitaciones son muy limitadas”.
Jorge Garrido ha asegurado que como contraprestación “tenemos una vida de máximos, con un máximo sacrificio, compañerismo, hacemos un único equipo entre todos, profesionalidad y máxima responsabilidad desde el marinero hasta el último, y lo que nos diferencia es la vocación, ya que somos todos voluntarios”, ha sentenciado.