El sectario Chef Tezanos no respeta los principios del CIS

José Manuel Otero Lastres

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), según la normativa que lo regula, debe desarrollar sus funciones “de acuerdo con los principios de objetividad y neutralidad en su actuación, de igualdad de acceso a sus datos y de respeto a los derechos de los ciudadanos”.  Entre sus principales funciones está la realización de estudios que contribuyan al conocimiento científico de la sociedad española. En esta línea de actuación, se inscribe la publicación del barómetro mensual confeccionado mediante una encuesta lo más representativa posible de una muestra de aproximadamente dos mil quinientas personas que refleje de manera científica la realidad social del pueblo español.

Antes de la llegado de Pedro Sánchez al Gobierno de la Nación, esas encuestas del CIS reflejaban con basta fidelidad las intenciones de voto de los españoles. Y los pronósticos de esta institución gozaban de una merecida credibilidad porque sobre su actuación no recaía ninguna sombra de sospecha. Hasta entonces se hablaba del CIS y no de la persona que estaba al frente del mismo: su nombre era desconocido porque realizaba una labor era callada y sin que estuviera el servicio del gobierno de turno.

Pero fue llegar Pedro Sánchez al gobierno y comenzar una asalto, paulatino y sin pausa, a todas las instituciones del Estado para colocar a sus peones al servicio del partido. Así sucedió desde RTVE hasta el CIS, a cuyo frente puso a José Félix Tezanos hasta entonces Secretario de Estudios y Programas en la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.

Pues bien, tras el desembarco de Tezanos en el PSOE, el CIS adquirió una notoriedad jamás alcanzada hasta entonces. Empezaron a salir de la “cocina” del CIS unos datos sobre al intención de voto de la ciudadanía que al Tezanos comenzaron a llamarle en los medios “masterchef”. Y lo que es más importante, en el primer contraste de la intención de voto con la realidad de las elecciones se comprobó sin lugar a dudas las burdas manipulaciones del “chef” Tezanos.

En efecto, antes de las recientes elecciones andaluzas, el CIS le daba al PSOE entre 45 y 47 escaños (tuvo 33), al PP entre 20-22 (tuvo 26) a Ciudadanos 20-22 (tuvo 21), a Adelante Andalucía 20 (tuvo 17) y a VOX 1 (tuvo 12). El fracaso del pronóstico fue rotundo, sobre todo respecto del PSOE y VOX, solo acertó los escaños de Ciudadanos.

Cuando la ciudadanía pensaba que tras el patinazo andaluz moderaría su partidismo y que dejaría de hacer lo que Luis Ventoso denominó con acierto “sondeos de fantasía a favor de Sánchez”, Tezanos sigue en sus trece y en la estimación de voto que se publica hoy sitúa al PSOE (31,2) 12,1 puntos por encima del PP (19,1), a esta última formación casi en empate técnico con C,S (18,2) y Podemos (18) y a VOX con solo 2,5 puntos.

Es una pena que una institución del Estado, que gozaba hasta hace poco de una merecida credibilidad y de un bien ganado prestigio profesional, se haya convertido gracias a Sánchez y Tezanos, como dice el editorial de ABC, en una “grotesca, y hasta hilarante, caja de sorpresas”. Pero a Sánchez no le importa que el CIS haya dejado de actuar de acuerdo con los principios de objetividad y neutralidad y con respeto a los derechos de los ciudadanos. Lo relevante para él es poder seguir viviendo en el “país de nunca jamás” mientras dure su estancia en La Moncloa. Aunque para ello el sectario chef Tezanos tenga que saltarse los principios reguladores de la actuación de este servicio público y faltarle al respeto a los ciudadanos. ¡Otro ejemplo más de la “regeneración” democrática que dijo que venía a traer el actual presidente del Gobierno.

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