(José Joaquín Perales Garat)-Recientemente se ha celebrado en el Campus de Ferrol, enmarcada en la Cátedra Jorge Juan que promueven de forma conjunta la Universidad de la Coruña y la Armada Española, una conferencia de Nuccio Ordine defendiendo la utilidad de lo inútil. En relación a la misma quisiera ofrecer unas impresiones personales.
La Facultad de Humanidades inició su andadura en Ferrol el curso 1993-1994, formando desde entonces a cientos de titulados en ramas como la filosofía, la historia, la antropología y, en general, aportando un toque humanístico a un Campus Universitario que parece enfocarse sólo a lo industrial, dejando de lado en su nueva etapa todo lo relativo al estudio y conocimiento de aquello que nos ha traído hasta aquí.
Las administraciones responsables del mapa universitario de Galicia han decidido que, debido a la falta de estudiantes, no está justificado el mantenimiento de una facultad de letras en la ciudad naval; no les han importado los congresos organizados, los premios otorgados, los estudios realizados, las investigaciones en curso o el hecho de que se haya avanzado en el conocimiento de nuestros orígenes, de nuestra historia, de nuestras letras, de nuestro folclore y de nuestro acervo cultural.
Sin querer poner en duda que se han cometido errores ni que la facultad pueda haber vivido encerrada en sí misma, no creo que la solución sea dejar de ofertar las titulaciones que en ella se imparten. Es posible que debiera haber liderado los estudios locales, es cierto que podría haber contribuido al avance de la candidatura a Patrimonio Mundial del Ferrol de la Ilustración, es cierto que podría haber organizado misiones arqueológicas en nuestro entorno inmediato y haber supuesto una fuente mayor de riqueza para la ciudad: Todo eso es innegable y seguramente ha sido lo que ha motivado que se considere inútil. Pero no es menos cierto que las causas por las que se abrió siguen vigentes, y que hoy es igual de necesario profundizar en nuestra propia consciencia que hace veinticuatro años.
Sin embargo, tal vez lo más triste sea la falta de una masa crítica que defienda el mantenimiento de la Facultad y de sus titulaciones en la ciudad: Incluso enfocando el campus a lo industrial existe la necesidad de que se mantengan los estudios humanísticos. Tal vez el ejemplo más palpable sea EXPONAV que, pese a ser un museo técnico dedicado a la Construcción Naval, es una lección de historia de la ciencia a lo largo de su recorrido expositivo.
Considero mi deber como ciudadano y como titulado en Humanidades reclamar en voz alta a los poderes públicos y a los grupos o empresas que puedan ejercer influencia sobre los mismos que se postulen en contra de la supresión de los estudios humanísticos en el Campus de Esteiro, y recordar que aquellos países que más recursos han destinado a estudiar y difundir su patrimonio humano, son los que más grado de desarrollo científico y social han conseguido. Aunque me temo que mi alegato sea sólo el canto del cisne antes de morir.