Atravesando el valle
y muy cerca de un lago
envuelto en la leyenda
yo conozco un lugar
donde al atardecer se bañan las estrellas.
Dorado espacio abierto
prendado del Poniente,
dulce amante de un Sol
que al despedirse
sueña tan solo con volver….
y no lo tiene fácil.
Desafiará borrascas, nieblas interminables,
huracanes del Sur y tempestades,
quietudes agrisadas y hasta la tensa calma
de una tormenta que se intuye llegar.
Plantará cara al viento
y lo hará su aliado…..
y a fuerza del Nordeste, se limpiarán los cielos
y entonces…, volverá.
Volverá precedido por alguna mañana
que amanezca nublada
y con él, la sonrisa en sus valles soñados,
la luz, jugueteando entre pinos y hortensias,
eucaliptos, mimosas, rosales amarillos
y la hierba…..tan verde
y la brisa…. tan limpia
y el alma …por las nubes.
Y es en ese lugar
donde al atardecer se bañan las estrellas
cuando siente, de nuevo, nostalgia por volver
! y aún no se ha ido !
! Cuando será mañana !
! Cuando otro atardecer de amor y vida !
Doniños, con la puesta de sol más bonita del mundo. Y aunque su playa hermana, San Jorge, tampoco está mal, no tiene el privilegio de ver acostarse el sol,como pasa en Doniños. Tu poema me emociona.