RFG en Ferrol

Julia Mª Dopico Vale
La noticia musical de esta semana es el concierto que la Sociedad Filarmónica Ferrolana presentó con la Real Filharmonía de Galicia bajo la batuta del alemán Christoph König, director principal de La Orquesta Sinfónica de los Solistas Europeos, admirado internacionalmente por su claridad, sensibilidad y elegancia y la solista Tasmin Little, considerada una de las intérpretes más destacadas de la actualidad, cuyo violín, un Guardagnini de 1757 se ha escuchado en el Carnegie Hall, el Lincoln Center, el Albert Hall… y esta vez en el Auditorio de Ferrol.

Sugerente concierto que comenzó con las Variaciones sobre un tema de Haydn Op. 56 de J. Brahms, “puro como un diamante, suave como la nieve”, recreando en esta primera composición sinfónica el ambiente de una canción de peregrinos, luego la nostálgica melancolía a través de fugitivas semicorcheas sobre el unísono del oboe y la trompa, enérgicas fanfarrias, mundos idílicos primero y sombríos después hasta llegar a la apoteosis final. Impecable la solista invitada con el Concierto Nº 4 en Re m KV.218 de Mozart, el “único”, el “divino”, el “inmortal que tantas sugerencias infinitas de una vida mejor y más bella ha dejado en nuestras almas”. Una música que transcurre a modo de marcha en el Allegro para pronunciarse líricamente con el tutti orquestal, el Andante cantábile, sugerente e interesante por su armonía y dinamismo y un contrastante Rondó que hace alusión a una canción popular sobre un “sol” tenido como bordón.

Ya en la segunda parte la Primera Sinfonía en Do M de Beethoven, obra criticada en su tiempo por su aspecto innovador que se manifiesta armónicamente en el inicio con una clara disonancia y también estéticamente con la apasionada expresión del alma del compositor, del titán que se anuncia en esta obra que es como una “semilla acabada de germinar” y que el tiempo consagrará como favorita del público. Un manifiesto en pro de la libertad desde el Allegro al Andante, cuya tensión va aumentando en medio de poderosos timbales, el Menuetto y el Final, extraordinariamente alegre en el que los violines desarrollan su motivo hasta convertirse en eclosión. Tres obras incipientes de tres grandes genios de la música que hicieron resplandecer nuevamente a la Real Filharmonía de Galicia en Ferrolterra.

 

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