La activa asociación de vecinos de Piñeiros, en Narón, acaba de cumplir cuarenta años «de vida». Años de trabajo, de «rosas y de espinas» y sobre todo de buen hacer ante las zancadillas que sufren algunas de estas asociaciones, en general, al no tener «el mismo color» que el partido o partidos gobernantes.
Recuerdo en «aquellos tiempos» en los que todavía la existencia de asociaciones vecinales era casi un imposible y así se creaban los centros sociales, una forma de agrupamiento vecinal que se interesaba por buscar soluciones a los problemas de sus barrios o parroquias.
Doy por más que conocido el Centro Social del Puerto de Bares en el que tuve la honra de «trabajar a xeito», La unión logró contar con terrenos propios para poder alzar un edificio social,se pavimentaron calles, se instaló alcantarillado, se contó con un pequeño economato vecinal, se realizaban todo tipo de actividades culturales y festivas, se promocionó el turismo, se inauguró un teleclub, se mejoró el estado de vida de muchos vecinos,..en fin que aquello de que la unión hace la fuerza fue todo un éxito de y para los vecinos de aquel puerto querido .
Y mientras en Ferrol se contaba con el Centro Social de Santa Marina que como todos sabemos fue el que dio pie a la unión vecinal y a una serie de claras reivindicaciones, llegando también a lo social y político.Era una isla en el desierto.
Más tarde llegó «la apertura» y al igual que sucede ahora en algunos conocidos concellos, determinados partidos descaradamente introdujeron en puestos claves a sus afiliados, logrando que esas asociaciones fueron, son, correas de transmisión, claras y duras.
No es así como sucede con la Asociación de vecinos de Piñeiros, allí se mantienen firmes, denuncian cuando hay que denunciar, colaboran cuando hay que colaborar, trabajan por el vecindario única y exclusivamente, y no se meten en «andanzas políticas«.
Es curioso, pero cierto, este pasado fin de semana la asociación organizó una comida de hermandad en la que se dieron cita cerca de los dos centenares de personas y allí estaban desde la alcaldesa hasta los nuevos de Ciudadanos, pasando por TEGA, y el PP. Fue un acto que demostró que hay asociaciones «que no se casan» y que gozan de buena salud, tan buena que cuando organizan un acto, no politizado, cuentan con un buen número de seguidores. y no necesitan utilizar el «cornetín de órdenes»
Brindemos por ese asociacionismo y felicitemos a los vecinos de Piñeiros por contar con un grupo de ciudadanos que año tras año demuestran que trabajan para todos y por todos. Y felicitemos al presidente, José Francisco Pita, con «quince años de servicios» luchando a veces contra las aspas de molinos, «cual Quijote»
Desde Ultramar
Pedro Sanz-Director.