El cupo y la condonación de deuda: ¿Y, de lo mío…?

Juan Cardona Comellas
Esta semana hemos asistido a dos episodios de carácter económico importante, uno en grado de propuesta y el otro acordado. El PNV ha conseguido un triunfo —se supone como contraprestación a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado—, al conseguir que la comunidad más rica de España, con un PIB per cápita de 31.800 € frente a la media española de 24.100 €, y muy superior a los 21.360 € de Galicia, sea perceptora neta de fondos. Esto es así, aunque se vende lo contrario; se proclama que tienen que pagar anualmente al Estado 1.300 m€; pero se olvidan de incluir el déficit de las pensiones propias, que se estiman en 2.900 m€: por la cuenta de la vieja salen ganando 1.600 millones.

No vamos a cuestionar aquí la legalidad, o no de un sistema fiscal singular en la Unión Europea, con la excepción de Navarra. Recordemos que el trasnochado y «pos carlista» Concierto con el País Vasco está vigente por el reconocimiento genérico de los derechos forales que recoge nuestra Carta Magna de 1978 que en la disposición adicional primera establece: «La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales». Lo que no especifica ni aclara, es lo que tiene que pagar Euskadi para mantener ese privilegio, solamente remite su desarrollo al Estatuto de Autonomía. En él se establece su aportación al Estado como contribución a todas las cargas Generales que no asuma la Comunidad Autónoma. Problema «habemus»: definir cuáles son esas cargas.
A primera vista parece claro que se refiere a los gastos de Defensa, Infraestructuras, Asuntos Exteriores, Casa Real, Cortes Generales, intereses de la deuda y otros que asume en exclusiva el Estado. A la cuantía resultante se le incrementa en una cantidad el concepto de solidaridad autonómica.

Hagamos la cuenta de al revés calculando la aportación individual: dividimos el cupo entre habitantes del país vasco: resulta 602 € per cápita. No es que tengan que aportar individualmente esa cantidad, si no que de todos los impuestos recaudados por las Diputaciones (IRPF, IVA, Sucesiones, Especiales, AJD, etc) se separa ese importe para pago al Estado Central. Cualquier párvulo fiscalista sabe que hablamos de una cantidad mínima comparada con la que realmente deberían pagar.

Desde 1982, el País Vasco aporta al Estado un 6,24% de esos gastos. Esa cifra se estableció en función de los ingresos de la población vasca en esas fechas y no se ha actualizado desde entonces, pese a que el PIB per cápita en el País Vasco ha ganado importancia en relación al del resto de España.

Otra noticia, esta a modo de propuesta, es la condonación parcial de la deuda que Cataluña mantiene con el Estado el señor Iceta, leader de los socialistas catalanes, pretende. La ocurrencia parece primar a las comunidades que se han endeudado sin respetar los límites establecidos en contra de las cumplidoras. Cataluña mantiene una deuda con el Estado de más de 52.000 m€, con una deuda per cápita de 10.311 € y Galicia, que si está cumpliendo lo acordado, mantiene la deuda per cápita un 60% inferior (4.192 €): la desigualdad es evidente. ¿Cómo se aplicaría la condonación? ¿Solamente es para suavizar el «procés»? Misterio sin resolver.

Todo esto nos hace pensar si es necesario retocar o cambiar el sistema Fiscal español, o lo que es lo mismo replantear la financiación de las Autonomías, estableciendo un régimen igual para todos los territorios con criterio solidario. Hágase como sea, se deberá poner coto real al gasto desmedido que nos lleva a un déficit desbocado, obligando a todas las Autonomías a respetar los límites establecido por el Gobierno. Hay que recordar que el Estado ha aumentado la deuda publica en los últimos seis años en 400.000 m€ llegando a más de un billón cien mil euros.
Juan Cardona Comellas-www.juancardona.es

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