Reflexiones a una jornada de dolor y rabia.

Carles Puigdemont Casamajó y Mariano Rajoy Brey, cada uno por diferentes motivos, no han sido capaces de evitar una jornada que ha hecho mucho daño a la convivencia interna y a la imagen internacional de España

Enrique Barrera Beitia

He entregado este artículo a las 21.24 horas del domingo 1 de octubre, viviendo una jornada de dolor y rabia, de la que (tal vez precipitadamente) he extraído nueve conclusiones:

1. Ha habido bulos e imágenes falsas promovidas por los independentistas, pero también ha habido episodios de brutalidad policial; al cierre de los colegios, los centros sanitarios han registrado casi 800 heridos, una cifra que habla por sí sola.

2. El dispositivo gubernamental para abortar el referéndum ha fallado: la mayor parte de los centros de votación han estado abiertos durante toda la jornada.

3. El gobierno ha perdido la batalla de la imagen en el extranjero. Muchas televisiones han estado cubriendo en directo la jornada. Las imágenes de gente queriendo votar y antidisturbios impidiendolo, deterioran la percepción de España como país democrático. Ahora mismo, para la mayoría de los europeos, los catalanes son los buenos y los demás españoles son los malos.

4. La actuación policial y la falta de control del censo (era posible votar dos veces), han restado validez al recuento, pero es indudable que una parte muy importante de los catalanes (vamos a dejarlo así), no quieren ser españoles.

5. Al presidente de gobierno le asiste la razón cuando afirma que el referéndum es ilegal. Al veredicto del Tribunal Supremo se añade su chapucera tramitación en el parlamento de Cataluña. Pero ante un problema político, no basta limitarse a señalar los límites de la ley y esperar que con el paso de los años el tema se desinfle; ha ocurrido todo lo contrario. Ni en sus peores pesadillas, creyó Mariano Rajoy que se llegaría a esta situación.

6. Dura lex, sed lex (dura ley, pero ley). Es decir, cúmplase la ley aunque se hunda el mundo. Esta frase que se cita en positivo, es en realidad un error monumental, porque las leyes están para solucionar los problemas, y cuando una ley no soluciona un problema, debe derogarse y aprobar una nueva. La España de 1978 que se desenganchó de la dictadura, se construyó una Constitución a la medida de sus problemas; fue un buen trabajo, pero 39 años después, la sociedad no es la misma y ha sido un error político no haber querido actualizar nuestras leyes, porque finalmente se han convertido en nuestras carceleras.

7. Las imágenes de policías despedidos al grito de “a por ellos, oé”, han provocado un daño similar al que en su momento causó la campaña de boicot contra los productos catalanes. Se ha dado a entender que iban a una guerra. Puede que excitando así a la población, el Partido Popular gane votos en varias regiones españolas, pero a costa de agravar el problema. La unidad nacional no se contruye a golpes.

8. Hay una pista de aterrizaje para que esta crisis no termine catastróficamente: el Congreso de los Diputados ha constituido una comisión monográfica, para intentar arreglar este desaguisado abriendo una negociación política con la Generalitat. Es una propuesta socialista y es lo único que tenemos, que no es poco, pero en el mejor de los casos se llegará como mucho a una coexistencia más o menos pacífica. La brecha emocional es enorme y no se recompondrá ni siquiera a medio plazo.

9. El mejor servicio que podemos hacer es procurar llamar a la sensatez a unas personas que están enrocadas y no quieren escuchar, y al mismo tiempo evitar echar más leña al fuego de la hoguera anticatalanista.

 

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Un comentario

  1. Le pasó como a toda la prensa española,ha dado por buenos los datos dados por la Generalitat de Catalunya,SIN CONTRASTAR ni verificar.
    Al dia siguiente sólo había DOS ( 2.-) hospitalizados de los falsos 8000 que se dieron: