La remodelación del organigrama de la curia diocesana que el Obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luís Ángel de las Heras Berzal, CMF, comenzó a anunciar el pasado 30 de junio en la Domus Ecclesiae de Ferrol ha tenido este martes, 5 de septiembre, su plasmación en el acto de “profesión de fe y toma de posesión de los cargos y responsabilidades de la curia y de la animación pastoral de la diócesis”.
La capilla del palacio episcopal de Mondoñedo acogió la solemne ceremonia. Tras unas primeras palabras introductorias por parte del vicario general, Antonio Rodríguez Basanta, y el canto de entrada, el Obispo se dirigió a todos los asistentes con una oración y una alocución en la que agradeció su disponibilidad a los sacerdotes, personas consagradas y laicos que toman posesión en este día de sus cargos o responsabilidades, al mismo tiempo que encomendaba su labor: “Pido al Señor le envíe la luz y la fuerza de su Espíritu para que desempeñe con abnegación y sentido evangélico dicho cargo en bien de nuestra querida diócesis”, como reflejaba cada uno de los Nombramientos entregados en mano.
Tras la intervención del Obispo, tuvo lugar el juramento de cada uno de los altos cargos de la curia: Antonio Rodríguez Basanta (vicario general, renovado en su puesto), Gonzalo Varela Alvariño (nuevo vicario de Misión Misericordiosa y Samaritana), Antonio J. Valín Valdés (nuevo vicario de Evangelización), Xoán Xosé Fernández Fernández (nuevo ecónomo, y renovado además en su cargo de vicario judicial), José Vega Pérez (nuevo vicario judicial adjunto) y Félix Villares Mouteira (renovado en sus cargos de canciller y delegado de Patrimonio).
A continuación, y de manera conjunta, todos los sacerdotes, consagrados y laicos con renovadas o nuevas responsabilidades de delegaciones pastorales o coordinación realizaron la profesión de fe. Acto seguido, fueron pasando uno a uno por el altar para jurar su cargo sobre la biblia, antes de recibir de manos del Obispo el correspondiente nombramiento oficial.
Reunión de trabajo
Hasta aquí, la ceremonia de toma de posesión, que tuvo su continuidad ya en el Seminario Santa Catalina de Mondoñedo con una primera reunión de trabajo que sirvió como toma de contacto para los integrantes del nuevo equipo episcopal. Y precisamente en esto hizo hincapié Luís Ángel de las Heras: “Pretendemos un modo de trabajar conjunto, en equipo, en comunión (…) Nadie ha de trabajar en solitario; debemos aunar siempre fuerzas”.
Otro de los criterios clave de esta nueva pastoral es el mejorar las estrategias de comunicación, tanto internas como hacia el exterior: “Lo que hacemos es relevante para nuestra sociedad, para nuestro entorno” y, por tanto, debemos saber comunicarlo”. El Obispo enfatizó también la labor de los dos nuevos vicarios, Antonio Valín y Gonzalo Varela, y animó encarecidamente a todos los delegados a mantener con ellos, en función de su área, una estrecha comunicación.
Un gran reto
El gran reto, precisó el Obispo, es “la transformación misionera de nuestra diócesis”. Sin perder nunca de vista el mensaje de la Evangelii Gaudium del papa Francisco, insistió en que este equipo episcopal no debe actuar como simples gestores (por mucho que haya de gestión en el día a día), sino que cada uno de sus integrantes debe actuar como discípulo misionero, ya que “somos colaboradores del Buen Pastor”, enfatizando la perspectiva sobrenatural, la dimensión trascendente de la labor que hay que realizar. “Nos movemos en una sociedad que conoce mal nuestra fe y nuestra Iglesia; sin embargo, hay muchas personas preparadas para acoger el mensaje de Jesús”.
Finalmente, el Obispo de Mondoñedo-Ferrol advirtió a los presentes de las tentaciones que pueden enturbiar las labores encomendadas: “la desesperanza y el cansancio (el “ya lo hemos intentado tantas veces”); el caer en juegos de poder, en imposiciones; el personalismo, el no tener una mirada más amplia (solo me preocupa mi grupo, solo me preocupa mi parroquia); la apropiación indebida de parcelas de la Iglesia; y la multiplicidad de convocatorias.
Siempre habrá tentaciones y obstáculos, pero el nuevo equipo episcopal, con sus vicarios, sus sacerdotes, sus personas consagradas, sus laicos, tiene ante sí una hermosa tarea coral. Que el Espíritu Santo sea su guía y su fuerza cada día”.