El Colegio de Abogados de Ferrol muestra su confianza en el programa de Empleo con Apoyo de Teima Down Ferrol

Junio será un mes marcado en el calendario de Juanjo Castrillón. Y es que en el día de ayer, este miembro de Teima Down Ferrol, inició su andadura profesional en el Colegio de Abogados de la ciudad ferrolana.

Esta organización, con más de 65 años de historia, muestra así su confianza en el programa de Empleo con Apoyo que las entidades Down en Galicia llevan a cabo desde el año 2002 y desarrolla una importante labor social apostando por la inclusión sociolaboral de una persona con síndrome de Down. Oportunidades como ésta contribuyen de manera muy positiva a la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual, ya que constituye una forma muy eficaz de sentir que se forma parte de la sociedad en la que se vive.

Juanjo viene de firmar un contrato, a media jornada y de un año de duración, por lo que desempeñará tareas de ordenanza en las instalaciones que el Colegio de Abogados tiene en el Palacio de Justicia de Ferrol. Allí, custodiará las togas que los letrados emplean en los juicios, siendo el encargado del control de salidas y entradas de las mismas mediante comprobación del Documento Nacional de Identidad.

Este ya es el cuarto empleo de Juanjo, que anteriormente también trabajó de ordenanza, de personal de limpieza y de recepcionista.

Estas y otras oportunidades laborales fueron posibles gracias al programa de Empleo con Apoyo que en Galicia llevan a cabo todas las entidades Down desde hace casi 15 años. El programa, que mantiene buenos resultados de inserción a pesar de la crisis, está orientado a facilitar que las personas con discapacidad intelectual encuentren empleo en empresas ordinarias. Para que estas inserciones sean efectivas se cuenta con la figura de un preparador o preparadora laboral (profesional que se encarga de enseñar a la persona con discapacidad en el puesto de trabajo), y que no supone coste alguno para la empresa. Este tipo de apoyo en el puesto es gradual y se va retirando hasta desaparecer por completo a medida que la persona con discapacidad va adquiriendo autonomía en las tareas propias de su puesto.

La participación y cada vez mayor presencia de las personas con discapacidad intelectual en las empresas ordinarias contribuye de forma eficaz a desterrar los tópicos que tradicionalmente se les atribuyen, resultando un modo sumamente eficaz de inclusión social. Contribuye, asimismo, a propiciar un cambio de visión, de persona con discapacidad a trabajador o trabajadora, constatándose una importante implicación de los compañeros y compañeras de trabajo en la aceptación de la diversidad.