La defensa de Juan Fraga Allegue, el hombre condenado por el asesinato de su mujer, Caridad Pérez, en diciembre de 2015 en Narón , ha alegado falta de pruebas y ausencia de motivación en el veredicto del jurado para pedir la absolución de su cliente, en la vista de apelación celebrada en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
En caso de no estimarse, el abogado ferrolano Julio Barros, considera que los hechos deben declararse homicidio o aplicarse una rebaja de la condena de 20 años de cárcel que se le impuso a su defendido. Por el contrario, la Fiscalía y las demás acusaciones, la popular, ejercida por la Xunta, y la de uno de sus hijos, reclaman que se mantenga la condena, en la que se aplicó la agravante de parentesco.
Así, el Ministerio Público negó que se vulnerase el principio de presunción de inocencia, como sostuvo la defensa, o que el veredicto del jurado no estuviese motivado. Además, se remitió a las pruebas testificales, a los forenses y a las documentales aportadas en el juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de A Coruña, para rechazar una supuesta falta de pruebas. En la misma línea, ha considerado acreditado que el acusado se limpió la sangre tras, según consideró probado el jurado, matar a su mujer.
La defensa sostuvo, sin embargo, en su intervención, que hubo una «ausencia total de pruebas» para condenar a su cliente. También justificó las contradicciones en su relato de los hechos que, según las acusaciones, hizo el procesado. «Nadie declara exactamente lo mismo en dos ocasiones», ha apostillado.
ARGUMENTOS DE LOS HIJOS
Antes de comenzar la vista de apelación, el hijo del procesado, Juan Fraga, ha considerado que en el juicio quedó «todo demostrado» y ha lamentado que se presentase el recurso. Con él, ha dicho que se busca «hacer más daño a la familia».
Por el contrario, su hermana, Montserrat Fraga, que en el juicio apoyó a su padre, ha manifestado que busca que se sepa lo que pasó el día de la muerte de su madre. «No sé si mi padre está en Teixeiro justa o injustamente», ha añadido sobre la prisión en la que está encarcelado.
CONDENA
De conformidad con el veredicto del jurado, la sentencia consideró probado que el acusado, quien padecía ludopatía, agredió a su esposa siguiendo un plan premeditado cuando la mujer se encontraba sentada en la cama. En concreto, sostuvo que le propinó «golpes violentos en la cara» desde atrás y, tras aturdirla, «le dio diversos cortes con un cuchillo muy afilado», lo que le provocó la muerte.
Según consta en la resolución, tras el crimen, el acusado «desordenó la habitación contigua al dormitorio y cogió en ella algunas joyas que guardó bajo una alfombrilla de su vehículo para simular un robo«. El magistrado tuvo en cuenta a la hora de fijar la pena, la circunstancia agravante de parentesco. Además, se integra este asesinato, según indica, «en la llamada violencia de género, circunstancia de extraordinaria gravedad».