El Museo de la Construcción Naval, que gestiona la Fundación Exponav, está inmerso en un ambicioso proyecto transformador que afecta tanto al edificio de Herrerías, donde tiene su sede, como al propio concepto de la exposición.
Estos días han finalizado las obras de sustitución de la cubierta, que fue renovada en su totalidad, sustituyendo el onduline y teja anteriores por materiales más acordes con el clima: “sandwich” de madera, fibrocemento y teja, de la que se sustituyó un 80%. También se modificaron los lucernarios, colocando cristales más pequeños para reducir las presiones a las que se veían sometidos, que provocaban que estallasen en muchas ocasiones.
Además se efectuaron otros trabajos relacionados con la seguridad. Se instalaron salidas de emergencia en la planta baja y en la primera, donde está situada la sala de exposiciones Carlos III, que además se dotó de una rampa de acceso apta para personas con movilidad reducida. También se ampliaron las medidas “pasivas” de seguridad y se incorporó megafonía a todo el edificio activada por wifi.
Esta importante inversión fue cofinanciada por la Xunta, la Diputación, y las empresas y patronos privados de la Fundación Exponav y, además de solucionar algunos problemas que padecía el edificio de Herrerías, tenía por objeto conseguir la inclusión en la Rede Galega de Museos, que se aprobó hace apenas unas semanas.
Ahora, la vista está puesta en el reconocimiento del Museo de la Construcción Naval por parte del Ministerio de Cultura, unos trámites que ya se han iniciado, aunque se presumen largos.
Entre tanto, continúan las mejoras, también en cuanto a la organización del material expuesto. Ya se ha reordenado la sala de Gálibos para hacer el recorrido más vistoso y más seguro. Y estos días son los últimos en los que se podrá ver la planta primera tal y como está en la actualidad. Los próximos 3 y 4 de abril se celebrará en Herrerías el salón Fevino, lo que obliga a retirar el material expuesto. Cuando se vuelva a colocar se aprovechará para dedicar la zona sur de esta primera planta a la historia de la construcción naval en la ría de Ferrol. Se establecerá un recorrido lineal que comenzará con los pequeños astilleros, especialmente importantes en la zona de Neda, hasta desembocar en la actual Navantia, fruto de la unión de la ferrolana Bazán y la fenesa Astano. Antes de Semana Santa se espera inaugurar también en la primera planta el nuevo módulo de señales marítimas de la Autoridad Portuaria y Puertos del Estado, que cuenta con material tan destacable como el antiguo faro de Estaca de Bares.
Toda esta reorganización, con la que se cumplirán los requisitos que exige el Ministerio de Cultura para otorgar el reconocimiento de museo, se acomete contando con la colaboración de la museóloga Sonia Engroba, que participó en proyectos tan importantes como el Museo de las Peregrinaciones de Santiago o el Provincial de Ourense y que colaboró activamente también en el Museo Massó, en Bueu.
Espero que todos empecemos a darnos cuenta de la joya que tenemos en Ferrol. Que cunda el ejemplo de a dónde se puede llegar si colaboran administraciones con entidades privadas y públicas. Qué importante sería una ley de mecenazgo que favoreciera este tipo de fundaciones de verdad.