En la compostelana Plaza del Obradoiro y en la sede del «Consello da Cultura Galega», entidad que desde su sección de música mantiene el fin de preservar, difundir y favorecer la creación de los valores de Galicia, en la fría tarde del pasado jueves y con gran afluencia de público se estrenó la «Sonata para Saxofón Alto y Piano» del también compostelano Octavio Vázquez, compositor de brillante trayectoria cuya música ha sido dirigida por Maestros como C.Kalmar, H. Schellenberger, M. Zumalave o J. Gandelsman, una obra encargada por la «National Music Association» y la «New York State Music Teachers Association» con el apoyo del «Nazareth Collage de Rochester» que el propio autor describe como «pieza de diversidad e integración» desarrollada en cinco movimientos: I. «Variaciones sobre un tema de Marchetti», II. «Afterthouht», III. «Chaconne», IV. «Scherzo» y V. «Finale».
En ella el compositor parte de un tema firmado por Marchetti pero atribuido a Ravel, fácilmente reconocible por todos, dada su popularidad, e interpretado- entre otros- por Elis Regina bajo el título «Fascinación», una delicadeza musical ensoñadora y evocadora que en manos de Octavio se va renovando y desarrollando hacia multiplicidad de direcciones y climas, algo que bien habla de la honda capacidad creativa del compositor y de su gran dominio técnico en impecable manejo contrapuntístico, armónico, formal y estilístico, «ecléctica combinación de enfoques, desde pasajes fugados a «plashing» minimalista y técnicas seriales, formando un conjunto, un todo sin fisuras». Recorrimos a través de sus armonías momentos de perfecto equilibrio, rompedoras transgresiones, pasajes enérgicos y determinantes y también melancólicas suavidades…juguetones y danzarines compases en la «Chaconne» , apasionadas líneas expresivas en el «Scherzo» y de amplitud solemne preludiando nuevamente el brillante y colorido «Finale».
Todavía novedoso el dúo del «joven saxofón con el piano; «joven» porque se trata de un instrumento de invención reciente (aparece en 1.840 con Adolph Sax) por lo que adolece de poseer literatura musical de entre los grandes «clásicos», si bien esto favorece la versatilidad que ofrece para la música de cámara del S. XX y XXI, como es el caso. Sonó estupendamente en manos de Eneas Irimia, joven intérprete de destacadísima trayectoria acompañado del piano de Isabel Pérez Dobarro, la compostelana que suma a su juventud y belleza el valor de un gran talento que la lleva a actuar en salas como el «Carnegie Hall», el «Steinway Hall» o el «Conservatorio Tchaikovsky» de Moscú, obteniendo siempre el elogio de la crítica internacional, sumándose además su actividad investigadora- compartimos espacio en relación a las últimas aportaciones del ferrolano Maestro José Arriola-, docente- es profesora de piano en la «New York University»- y su involucración en la incorporación de las artes, especialmente la música, desde su cargo de “proyect managger officer» en “jóvenes por el desarrollo sostenible». Estuvo estupenda acompañando al saxo y también en las obras a piano solo de otros compositores gallegos con los que se completó el programa, gallegos salvo la excepción del japonés Ryo Noda, del que escuchamos al principio la «Improvisación Nº 3”, obra inspirada en un tipo de flauta, el «schakuhahi», utilizada tradicionalmente por los monjes para la práctica del ritual «suizen» ( meditación mediante el soplado); una música hondamente espiritual, capaz de crear un ambiente místico, de seriedad sepulcral. Bravísima Isabel en la «Cantiga Filipense» del vigués Xesús González, con sus notas tenidas en el bajo y los incisos melódicos recalcando el valor expresivo de cada nota y todo un sugerente poder y en el «Pico Sacro» de Fernando Buide, una obra que fue encargo de «FestClásica» en conmemoración del centenario de Isaac Albéniz y que se estrenó en el «Salón del Claustro de la Diputación de Cádiz» en noviembre de 2009. Obra de carácter descriptivo, sujeta al «programa» de la niebla, el viento y las tormentas del «Pico Sacro», cerca do Boqueixón, donde «los discípulos del Apóstol Santiago construirían un sepulcro de no ser por el dragón que en su cueva guardaba la entrada al infierno» y bravísima en el dúo de «Cadenza»” de Eduardo Sotullo, el compositor de importantes trabajos orquestales que cuenta con premios como el «XXVI Premio Reina Sofía» o el «Lutoslawski Award 2007», siendo seleccionado para representar a España en el World Music Days 2009».
Esta es la semblanza, el perfil que presentan los actuales compositores de Galicia y también nuestros intérpretes. Un semblante de absoluta profesionalidad, capacidad y conocimiento al que hay que sumar el sentido de compromiso con la raíz, con la patria, ya que ella está presente en cada idea, en cada concepto, en cada tema. Ellos son capaces de dejar el pabellón muy alto con su trabajo constante y su indiscutible talento.