Libunca en Ferrolterra (I

 Manuel Galdo 

Gali y Celt son el origen de una de las razas más numerosas de la tierra galaica, la raza céltica. Celt habitaba en el lugar de Libe que en tiempos de los romanos llegó a ser una ciudad llamada Libunca, justo donde hoy se encuentra San Pedro de Anca y cercana a la población asentada en un castro a orillas del Belelle. Sus pobladores conocedores de la blancura que las aguas que el río proporcionaban al lino, lo empleaban en la fabricación de las telas que se utilizaban para realizar la vestimenta de las mujeres, a pesar de lo  «grosero y áspero» de su aspecto.

Montero Aróstegui en su  «Historia de Ferrol» reconocía que:  «Las aguas del Belelle están consideradas como las mejores del país en el blanqueo de hilazas, para la fabricación del pan y para la salud», de ello podemos deducir también el porqué de la fama del pan de Neda y que aún se le reconoce en nuestros días. Y añadía:  «Sus aguas tienen una propiedad inexistente en otros ríos del país ya que extraen el extracto resinoso o materia colorante que tienen, de ahí su blancura», por ello las velas de los buques se fabricaban con los lienzos que son celebres por su duración y blancura.

Ferrol tuvo su origen en  «Adobriga» cerca de una zona llamada  «Lambriga» que deriva del griego  «elasma» que significa lamina de hierro. Los faros de los fenicios y los hemeroscopios de los griegos estaban constituidos por una plancha metálica. Griegos y fenicios utilizaban a modo de faro una lámina de hierro que reflejaba los rayos del sol. Si relacionamos estos nombres entre si no es descabellado pensar que el nombre de Ferrol provenga del término  «faro» en alusión al que pudo haber existido en la zona de Lambriga, y podemos concluir que: Ferrol > Lambriga > elasma > lámina de hierro > faro. Son muchas las propuestas que se nos tienen efectuado sobre la procedencia del nombre de Ferrol, como para considerar esta la más acertada, pero no creo ande muy lejos de la realidad y me inclino a pensar que el nombre de Ferrol deriva de la palabra <faro> en alusión al que pudo haber existido en la zona por aquellas fechas.

Hubieron de pasar muchos años hasta que en Ferrol se produjeron las primeras revueltas de su historia. Los Andrade, Nuño Freire V y su hijo Pedro Fernández llamados  «os maos» (los malos) tenían sometidos a su tiranía a los vecinos de Ferrol, lo que fue motivo de las posteriores revueltas que dieron lugar al levantamiento de los  «Irmandiños».

En Ferrol, en el alto denominado <Atafona> tenía Nuño Freire de Andrade «o mao» un rollo, picota de piedra en forma de columna para dar tormento a sus vasallos por el más leve motivo, y que servía también como marca de su jurisdicción en la villa de Ferrol.

El rey se negaba a dar audiencia a los comisionados enviados por los villanos de Ferrol para darle quejas de las tropelías de Nuño y su hijo Pedro Fernández de Andrade, «os maos».

Pedro Padrón, más animoso que los anteriores procuradores del concejo de Ferrol que habían fracasado en sus quejas, llevó la protesta de los ferrolanos hasta las puertas del palacio real de Zamora el día 18 de Enero de 1432, por la tiranía, vejaciones, robos, daños, atrocidades y desaguisados que los Andrade, padre e hijo, cometían en la zona.

Desoida la protesta por el rey de España, la villa de Ferrol se alza en rebelión y, sin que al regreso de Pedro Padrón al concejo tuvieran tiempo a ordenarlo, se puesieron los ferrolanos en armas y expulsaron de la villa a escuderos y hombres de la casa de los Andrade ya que el rey no escuchaba sus justas suplicaciones. No solo los hombres de armas de los Andrade tubieron bajas, los vecinos de Ferrol se defendieron heroicamente pero también fueron víctimas de estos enfrentamientos, que dieron pié a la unión a la causa de innumerables comarcanos que habitaban la zona rural, victimas como ellos de las tropelías de los Andrade.

Armados con chuzos y hoces se constituyen en hermandad para defensa de sus derechos comunitarios ante el feudalismo que los tenía sometidos a las más atroces vejaciones, castigos y matanzas. Surgen de aquí los primeros  «Hermandiños» de Galicia.

Tres mil hombres se reunieron en Ferrol todos dispuestos bajo juramento a vender caras sus vidas y no ceder un palmo ante sus verdugos. Diariamente se fueron agregando a estos  «Irmandiños» otros muchos de Mondoñedo y Lugo, ya que los Andrade eran también Señores de Villalba, no solo de Ferrol y Puentedeume, y entre todos llegaron a ser más de diez mil los villanos o hermandiños.

Elegido Ruy Sordo como jefe de los villanos de Ferrol, tomó este con sus hombres camino del Castillo de Moeche donde Nuño Freire trataba de concentrar a sus hombres para oponerse a la rebelión de sus vasallos. En el asalto al castillo Nuño y sus hombres lo abandonaron, siendo ocupado y demolido por parte de los villanos. Escapado con su mujer e hijos hacía Puentedeume siguieron los “Irmandiños» su camino para darle alcance, pero Nuño seguía huido atravesando la montaña de Noguerosa en dirección a Monfero. Ruy Sordo siguió en su persecución con la mitad de su gente mientras la otra mitad saqueaban el país ensañándose contra los bienes y personas pertenecientes a los Andrade. Huido Nuño nuevamente, ahora hacia Compostela, Ruy Sordo estableció su cuartel general en Puentedeume donde durante meses deliberaron sobre el rumbo que debían seguir, toda vez que aún en su condición de vasallos, eran los señores del territorio.

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