Echo de menos a mi tío político, Fernando Leal, por muchas razones, entre otras por que ahora necesitaba me dijese el verdadero nombre del uno de los dos chalets antiguos existentes en Canido, él era como un libro abierto y se sabía el nombre la vida y milagros de medio Ferrol. Me parece estarlo viendo y oyendo: Sacaría del bolsillo de la americana su <libretilla de apuntes> y buscaría ansioso la referencia en cuestión para luego decirme; <Es el chalet de D. Juan Sixto Vázquez, diseñado y construido en 1921 para este Sr., emigrante en Cuba, por el arquitecto Rodolfo Ucha, y que popularmente es conocido como el «chalé de Canido» o «chalé de Fenya»>.
Trataré en este suelto de clarificar las vicisitudes por las que pasó y el estado en que se encuentra el edificio y de apuntar posibles salidas que redunden en la conservación del mismo incluso como <Patrimonio de Ferrol>.
Curiosamente leí por algún sitio que su propietario nunca llegó a habitarlo, cosa totalmente incierta, él y su familia y después sus herederos lo hicieron hasta bien entrados los años ochenta época en que el edificio fue cerrado y abandonado a su suerte, por lo que pronto se vio frecuentado por ocupas que terminaron de expoliar y destrozar todos los enseres y mobiliario que en él había, en vista de lo cual los herederos de la propiedad tapiaron puertas y ventanas, pero ya era tarde, su interior estaba destrozado y la rotura posterior de los cristales y ventanas, y el paso del tiempo terminaron de llevarlo al estado que se encuentra en la actualidad.
Parece que alguien, después de la defunción, días pasados, de su propietaria, ha tomado cartas en el asunto de cara a la posible venta o reparación del chalé y con este motivo se produjo una visita al mismo para analizar su estado interior, ya que el exterior, a la vista está, empieza a ser calamitoso. Pero resulta que los interiores tampoco merecen mejor calificativo.
Poco o nada queda de los enseres que allí hubo, y lo que queda está destrozado, o casi, como si Atila hubiese pasado por allí, muebles rotos, falsos techos caídos, marcos vacios que en su día pudieron haber soportado alguna pintura o retrato, pero en todos ellos se nota la grandeza y calidad con la que estaba amueblado el edificio. De entre los restos del mobiliario allí existente hay muebles y objetos varios que harían feliz a más de un restaurador o chambón, y son muestra inequívoca del poderío económico del que dispondría el comerciante que mandó construir la vivienda, llama la atención una caja de caudales como un armario de grande, sofás de cuero que se conservan como el primer día si no fuera por el polvo, después del tiempo transcurrido, cabeceros y pies de cama <taraceados> con dibujos que saltan a la vista por su calidad y buena ejecución, llamando la atención su buena conservación en medio de tanto destrozo. En el exterior zarzas y maleza cubren completamente la finca y los jardines que ornamentaban la propiedad y que los hacen infranqueables.
Curiosamente suelos y escaleras, en los que no se nota el paso de los 85 años desde su construcción, sea lo único salvable, el resto todo para la basura, si exceptuamos algunos enseres dignos de caer en manos de algún manitas que los restaurase.
Construido en la zona más alta de Ferrol, me llamó la atención la amplitud de las dependencias interiores, con sus altos techos <al uso> decorados con exquisitez, así como la amplia galería lateral orientada al Sur, como debe ser, desde la que en algún tiempo se debió tener una hermosa vista de toda la ría, del barrio de La Magdalena y de Ferrol Vello. Desde la Galería del lado Norte se divisa una buena panorámica de La Graña, la Ensenada de La Malata y Chamorro. Desde la cara Oeste se contempla Mugardos y la entrada de la ría. No menos espectacular que las anteriores es la vista que se disfruta desde la fachada que está orientada al Este ya que desde ella se avistan El Bertón, Caranza, Mandiá y zonas limítrofes, incluida Jubia ría a dentro. A día de hoy todo ello se ve en la lejanía, entre tejados, tejados por todas partes, y altos edificios que dificultan la visión, pero uno se puede imaginar la grandeza de esos paisajes cuando Ferrol era solo el Barrio de La Magdalena, Ferrol Vello y poco más
Recientemente fallecida la propietaria, un operario de una empresa constructora, mandarria en mano, hizo un butrón en el tapiado efectuado delante de la puerta principal que impedía el acceso a la vivienda, el motivo no fue otro que facilitar el paso de un arquitecto, amigo de la familia, a personal de una inmobiliaria, un padre y un hijo a quienes supongo herederos del chalé, un fotoperiodista y yo, un jubilado en apuros que pasaba por allí, apuros para conseguir entrar claro y a lo que los ¿herederos? consintieron buenamente, permitiéndome el acceso al interior.
Podemos pensar entonces que algo se está moviendo para evitar la ruina total del edificio. Me voy a tomar la libertad de recomendar al Concello haga de una vez por todas algo al respecto de su conservación y para ello tiene dos opciones: Instar, amparado por la ley, a los propietarios a la restauración y mantenimiento del edificio, o en su defecto ejecutar su expropiación, o por otra parte, habida necesidad, procurar la negociación con el propietario para adquirir en inmueble al justiprecio previamente acordado. Es que digo yo: El Chalé de Canido merece ser conservado, y de forma pública o privada incluirlo entre las edificaciones que debemos considerar <Patrimonio de Ferrol>.
¡¡Que lástima de casa!!
El artículo me pareció muy interesante, a mi desde siempre me parecío una casa muy enigmática,siempre cerrada y ahora que tenemos ocasión,( gracias a Manuel Nicolás Galdo Aguirre) de conocerla por dentro, nos llevamoa la gran decepcion al verla en estado tan calamitoso.
¿Será verdad que tiene dueños ? Como puede alguien tener una propiedad de ese nivel y dejar que la ruina se apodere de ella?
Espero que no se venda para expecular con el terreno, que no sería nada de extrañar en los tiempos que corren.
Carmen, las noticias que tengo es que los herederos, hablo en plural, no tienen intención de vender si no es al precio que pretenden, lo cual es bastante complicado, vender más de 4000 metros cuadrados de «SOLAR» edificable , y un edificio de una superficie considerable que no me extranaria superase los 500 m2 en tres plantas supone una «pasta» que pocos podrán desembolsar. Al haber varios herederos dificil será ponerlos de acuerdo y más dificil todavia pretender que gasten en conservación el dineral que hacerlo supone, entonces estamos en la disyuntiva de que ni comen -venden- ni dejan comer -arreglan- dificil solución tiene el asunto.