«Soleá»

solea-araguas
«Escribir a mí me sana
y escribo lo que deseo
porque me da la real gana»
V. Araguas

Julia Mª Dopico Vale.
julia dopico dovale-13-12«Soleá». Este es el título del último libro de poemas del escritor «de Neda» Vicente Araguas. Un libro editado por «Pigmalión» que acaba de presentarse en el colegio «Logos» de Madrid en un acto en el que el autor estuvo acompañado entre otros de Silvia Díaz-Rincón, Gloria Caballero, Basilio Rodriguez, Adela Vélez, Ana Campos… y la música del guitarrista Leo de Aurora, heredero de «un virus de flamenco tronío» y una música brillante como las llamas y el garbo de los gitanos andaluces, quienes primeramente hacen destacar el flamígero estilo, expresando así lo lucido de sus andares, de sus ademanes y de sus gestos.

Y es que la «soleá» ( soledad, soidade, saudade…), ésta que nos acompaña a todos, es además de una composición poética, un «palo» flamenco de tono melancólico, que suele versar sobre el desamor y el desengaño, derivado de antiguas especies ( “martinetes”, “tonás”, “seguiriyas”…) que crecen y evolucionan a nuevas formas ( “fandangos”, “alegrías”, “tarantas”…) dado el gusto español por el«cante» y el baile, que adquiere hondo arraigo por su fuerza expresiva y su capacidad de seducción ya desde muy antiguo- eran famosas las danzarinas de la Bética llevadas a Roma para alegrar con sus voluptuosos giros en los banquetes y reuniones, la vista y los corazones de la sociedad refinada, acompañándose del batir de sus castañuelas-.

Como estas castañuelas y su solaz trino viene a cantar la «Soleá» de Vicente Araguas: La «soleá espectacular»:«He buscado en el espejo/donde solías mirarte: ni sombra de tu reflejo” ; la «soleá de la duda»: Alguna cosa se esconde/detrás de tu cómo y qué/debieras decir el dónde” ; o la «soleá dividida»: El pañuelo del adiós/ es blanco como la pena/ de uno donde eran dos…Así hasta medio centenar de soleares, de estrofas mínimas y versos octosílabos que riman los impares quedando suelto el par, en los que Araguas despliega un mapa de infinitos sentimientos tras la «soledad de soledades» el prólogo del autor con el que vengo a suscribir, ya que en él Araguas manifiesta su necesidad perentoria de escribir, lejos de lo material (en mi “jambre” mando yo ) y cerca del oficio de poeta que en soledad busca la fórmula que nos ayuda a vivir, y no sólo al que generosamente escribe (por eso se quiere a los compositores y a los poetas) , si no al que atentamente recibe y goza de esta escritura. Será por eso que la «soleá no se casa con nada ni con nadie», por eso será que «todo se canta por soleá». Y termino ya compartiendo otra «soleá» de este maravilloso libro, ahora la de «la despedida»: La soleá se termina/para volver a empezar/así hace quien camina”.

Enhorabuena, Vicente! No se podía decir más en tan poco y tampoco se podía decir mejor. Seguiremos caminando entre nuestras soleás!

 

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