La pintora Hedi Ploegstra expone en el café «Sevilla»

En mi calidad de practicante de la pintura, sin haber sido alumno de nadie, siempre o casi siempre, a amigos o conocidos, le he dicho que el arte es difícil de aprender, porque hay que nacer artista, ya sea hombre o mujer, y tener las aptitudes -las que haya que tener-y estar dotado de algo… que se va cultivando después.

El trabajo del artista pintor muy bien hecho, elaborado con fe, con pasión, con todo entusiasmo, con dignidad y rigor, siempre se hace valer.

Por eso debo destacar hoy mismo, en un bonito amanecer que da brillo a su trabajo, a esa joven pintora holandesa, afincada en la ciudad hace ya largos años, Hedi Ploegstra  (Ysselmuiden-Holanda 1970), madre de familia, que muestra su obra en ese acogedor café-mesón «Sevilla», sito en la calle Galiano, y que desde hace años viene ofreciendo en una actividad que merece toda nuestra atención y reconocimiento, bajo el buen ojo de su propietaria y entusiasta de esta actividad, Helga Patiño una interesante  serie de exposiciones.

En esta muestra de Hedi podemos ver una obra llena de perfección técnica y de un trabajo elaborado con precisión y hecho a conciencia, de pasiones.

Y es que no hay nada que aporte más riqueza al arte que el  propio estudio anatómico, entre otros, del individuo, porque éste nos aproxima más a lo que somos, dado que cada obra es un reflejo genuino de un ansia comunicativa y sincera.
El cuerpo humano, y en este caso sobre todo de niños, con todas sus dificultades inherentes es el campo más fecundo para exponerla sensibilidad.

Exposicion rica en sugerencias y evocaciones. Una muestra, que recomiendo ver, de Hedi,  socia de la SAF y que expondrá estos días en la 34ª edición del Salon de la Mujer en la pintura, y que ha celebrado exposiciones, entre otros lugares, en Amsterdam, Rotterdam. Kampen, Ferrol,Santiago, etc./ CB