En el verano de 1982, una flotilla compuesta por el buque ecologista Sirius y los pesqueros Pleamar y Arousa, intentaron evitar que el buque holandés Scheldeborg lanzara bidones con residuos nucleares a la Fosa Atlántica. Poco después, el pesquero Xurelo zarpó de Santa Eugenia de Ribeira para impedir que lo hicieran los buques holandeses Louise y Kristen. Fueron iniciativas de Esquerda Galega (partido actualmente disuelto) que se puso en contacto con Greenpeace. La campaña fue efectiva y los últimos vertidos tuvieron lugar ese mismo año. El tema lo tenemos olvidado, pero es un peligro potencial que afecta sobre todo a las localidades de la costa atlántica, entre las que está Ferrol.
¿Sabemos en qué estado se encuentras los bidones? ¿Hay algún programa de seguimiento?
La Fosa Atlántica está a unos 500 kilómetros de nuestras costas, acumulan 223.000 barriles que contienen 140.000 toneladas de residuos y la radio-actividad acumulada en esa zona es de 950.000 curios, siete veces más que en Chernóbil. Es una bomba de relojería, porque se calcula que los bidones de acero recubiertos de hormigón pueden aguantar entre 20 y 50 años sin deteriorarse, pero los vertidos empezaron en 1960.
En 2007, el entonces presidente de la Xunta de Galicia Emilio Pérez Touriño, pidió al Ministerio de Industria que estudiara la posibilidad de medir los niveles de radio-actividad de la zona de manera rutinaria. El BNG también reclamó en 2011 inspeccionar esta zona, pero el gobierno se negó:
–«No hay ni un solo elemento que nos lleve a desconfiar de la seguridad de los residuos radiactivos en la Fosa Atlántica» aseguró entonces el diputado del PP Guillermo Collarte.
Las muestras de agua, fauna y flora recogidas en 1992, 1996 y 1998 por el laboratorio ambiental marino del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y varios institutos de investigación alemanes e ingleses, señalaron la presencia de radionucléidos antropogénicos, responsables de mutaciones genéticas, con un impacto mínimo pero en continuado ascenso. Sin embargo, desde 2011 ya no se hacen. Hasta ahora parece que no nos afecta, pero… ¿es razonable estar sentado esperando acontecimientos? ¿No debería haber un plan para rescatar estos bidones antes de que se agrieten?
De momento, ni la Unión Europea ni EE.UU tienen planes al respecto. En cambio, la sorpresa llegó con el gobierno ruso que busca desde 2014 posibles fugas radiactivas en el mar de Kara (costa norte de Siberia), donde arrojaron contenedores nucleares y donde se decidió hundir el submarino nuclear K-27 en 1981, a 33 metros de profundidad para evitar males mayores. Ahora ser estudio reflotarlo.