En Galicia muchas fincas productivas llevan varias décadas en espera. Tiempo atrás esas fincas se llenaban de trigo, patatas y maíz; ahora están a campo y nos perdemos su producción, hay miles de hectáreas en ese estado.
La Xunta debería de fomentar la creación de cooperativas para trabajar esas fincas así como coordinarlo con los ayuntamientos para que hablen con los dueños y obtener una licencia para poder disponer de esos terrenos. Después cuando haya producción, habría que valorar lo que puede recibir cada propietario por la cesión de la finca.
De llevar a cabo este proyecto, conseguiríamos dos objetivos: generar empleo y obtener productos básicos.
Andrés Sanjurjo Martínez