Siempre pienso que, desde hace trece años, a mi familia y a mi mismo, nos roban el mes de abril, y perdonadme que parafrasee al maestro Sabina… Desde hace esos trece años, el fatídico mes llega para recordarnos una irreparable pérdida y dolorosísima… la José Couso Permuy, mi querido sobrino, que nos fue «robado» de una manera increíble, cuando cumplía con su deber, informando sobre la guerra de Irak, desde su habitación del Hotel «Palestina»de Bagdad.
Digo bien que lo asesinaron las tropas estadounidenses de forma increíble, cometiendo un horrendo crimen de guerra… Dispararon contra civiles desarmados, especialmente protegidos, como son los periodistas… Soy militar profesional desde hace más de 45 años, y hubiese llegado a comprender que, en el transcurso de un fuego cruzado, José hubiera sido alcanzado por un proyectil de artillería, por un disparo perdido, hubiese pisado una mina, o algo similar… Entraría dentro de los gajes del oficio, inherentes a la labor de un reportero de guerra… Claro que lo hubiésemos llorado, como no, con desconsuelo… pero no arrastraríamos esta desazón que a sus familiares nos invade, así como a los centenares de miles de amigos y compañeros que nos apoyan, en la búsqueda de la JUSTICIA incesante, y que exigimos constantemente.
Debo recordar que los sucesivos gobiernos de nuestro país, representantes del bipartidismo, léase PP y PSOE, haciendo dejación de sus obligaciones, defendiendo los derechos de uno de sus conciudadanos asesinado, coadyuvaron a «torpedear» las causas judiciales abiertas, una y otra vez, maniobrando a escondidas con el gobierno de los Estados Unidos, o bien legislando para impedir la Justicia Universal. No hay más que leer los Papeles de Wikiliks o el Boletín Oficial del Estado, cambiando la ley.
Es muy doloroso observar como gente bastante cercana, se pone de perfil y da pasos laterales, como apartándose del caso, pues debe pensar que esta nuestra causa es política, que no las es, y temen sufrir como una especie de contaminación. Demuestran, incluso compañeros de profesión, una falta de solidaridad, apoyo y empatía asombrosas. Si que los hay y esta actitud nos ocasiona un inmenso dolor…
Pero no quiero finalizar este recuerdo de hoy sin señalar cierta esperanza… Si, digo bien, esperanza,… al
constatar que todavía mucha gente, cercana o desconocida, nos apoya en esta lucha de David contra Goliat que representamos, apoyando a esta familia que hace frente al mayor Imperio Mundial, que, de forma reiterada se niega a someterse al imperio de la ley internacional. Los Estados Unidos no han ratificado todos los Convenios Internacionales del Derecho Humanitario y de la Guerra… así eluden someterse al imperio de la ley.
Pero los Couso Permuy continuaremos, tras estos largos trece años de agónica lucha, exigiendo JUSTICIA… con mayúscula… Nuestro lema es:
¡No sabemos rendirnos!…