Libertad de expresión

carlosCarlos J. García.-REFLEXIONES DESDE «A COVA»

Nunca antes de estos últimos tiempos había oído invocar tanto a la libertad de expresión. Me pregunto si hacerlo en exceso puede, como en todas las cosas, llegar a gastarse y corremos el riesgo de perder toda su esencia y significado, convirtiendo tal concepto en una expresión vacía.

Estoy seguro de que sí a cada uno de Vds. les preguntasen que entienden por libertad de expresión, las respuestas serían todas distintas, porque una única definición de libertad, es complejo. Todos sabemos que es la libertad, o que significa, pero sin embargo cada una de nuestras respuestas estará marcada por la propia subjetividad de nuestras carencias, creencias, experiencias o, incluso, deseos. Sea cual sea la definición por la que se decidan, estoy seguro que todos estaremos de acuerdo en un punto: en ningún caso la libertad de expresión puede ofender a los demás. En caso alguno puede recoger insultos, porque en ese momento se convierte, tal libertad, en un ataque a la otra persona o colectivo. Se puede y se debe discrepar, tenemos el derecho a opinar distinto a los demás, pero respetando y entendiendo que los otros tienen el mismo derecho (misma libertad) a tener sus ideas, creencias o convicciones y son tan lícitas como las propias.

Dicho así suena bonito y sencillo, pero parece que ciertos sectores sociales están utilizando el concepto de libertad de expresión como una especie de tapadera de actitudes intolerantes y sectarias. No es libertad de expresión irrumpir en un acto religioso, o no, y gritar a la vez que semidesnudarse; no es libertad de expresión, agobiar con gritos insultantes a un tercero cuando está en la calle, o en su casa. No es libertad de expresión, insultar y menospreciar las creencias de los demás. Como no podría ser libertad de expresión sí yo me mofara de una persona por alguna singularidad o por su discapacidad intelectual, ni sería libertad de expresión acordarme de la madre de alguna o alguno en respuesta a su libertad de expresión, cuando ella o él se refieren a mí o mis creencias de manera desdeñosa y amenazante.

Tengo la sensación que para algunos, todo vale para conseguir sus objetivos. Los humanos y las humanas, aunque a veces nos dejemos llevar por mareas y modas pensando que podemos alcanzar un grado más de libertad, aprendemos. La serenidad y el reposo de las ideas antes de decidir qué hacer o decir y el respeto a los demás, son las bases de cualquier libertad, incluida la de expresión.

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