«Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita.
Nos da una sed más honda que la sed que nos quita».
Y para saciar la sed del olvido vienen la memoria y el recuerdo evocando nuevamente las cosas en la mente y en el corazón, algo que ocurre también con la música, los músicos y los grandes compositores cuyos nombres se escriben con letras de oro en el mundo de la creación musical. Dormida y olvidada estaba la obra del ferrolano José Arriola, el «Mozart gallego», que un día asombró al mundo con sus dotes como niño prodigio y que más tarde escribiría obras de enjundia todavía pendientes de transmitir y difundir.
La propia obra de J.S Bach, felizmente rescatada por Mendelssohn o como en el caso que hoy nos ocupa, el de Enrique Granados, del que se acaban de encontrar tres de las cinco Marchas Militares pertenecientes a la colección con la que en su día obsequió al Rey Alfonso XII, conservadas en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid.
Oliver Cubelo González, profesor de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, el «paraíso de la infancia» del compositor especialmente conocido por su obra pianística, impregnada por el neo-romanticismo centro-europeo y también por el nacionalismo pujante en el S.XIX, con obras como sus Doce Danzas Españolas, las Seis Piezas sobre Cantos populares o las afamadas Goyescas, como consecuencia de su admiración por el genial pintor, es el artífice de este redescubrimiento, fruto del esfuerzo por continuar la búsqueda que hace tres décadas iniciara otro crítico musical.
Sólo se conocía la existencia de dos de estas Marchas Militares, que fueron publicadas en la colección Integral para piano del compositor. Estamos pues ante el nuevo hallazgo de un creador ampliamente reconocido, autor, como decía Falla de «frases traducidas con sensibilidad, giros melódicos de ingenua melancolía, distinguidos, evocadores….», como en las líneas melódicas de Chopin, Schuman o Grieg….Todo un hallazgo! .