La presencia de un tiburón peregrino en la zona cercana al puerto de Ares fue la atracción de los aresanos e incluso algunas personas que se acercaron a la villa para contemplar al ejemplar.
El tiburón, que a pesar de su apariencia es totalmente inofensivo, con seguridad se internó en la ría en busca de su alimento principal, el plancton, se enredó en las mallas de un pesquero, y presentaba un estado de agotamiento,.
Miembros del CEMMA (Coordinadora para el estudio de los mamíferos marinos) trataron de reanimar al tiburón pero sus esfuerzos no se vieron compensados porque el ejemplar fue, tras muchos esfuerzos, subido a la rampa portuaria donde poco después falleció.
El tiburón, de 4,68 metros de largo, en esta especie algunas piezas llegan a alcanzar los 10 metros, pesaba más de 800 kilos y fue subido a un camión para su traslado a una nave del concello con el fin de que este mismo martes personal de la Xunta de Galicia proceda a su recogida.