El ascensor social

enrique barreraEnrique Barrera Beitia

Hay economistas que consideran que el nivel de vida de una persona depende en un 50% del país en que nace, en un 30% de su familia y en un 20% de su talento y capacidad de trabajo. Esto quiere decir, que el estatus social que alcance un español, dependerá en un 60% de la familia en que se cría y en un 40 de su propio esfuerzo. No me parecen desatinadas estas proporciones ni tampoco injustas, ya que de ser ciertas, garantizarían la existencia de canales de movilidad y el Orden Social dependería en buena medida de la capacidad para aprovechar las oportunidades que brinda un estado democrático, incorporándose cada persona a una clase social por su mérito personal y su competitividad.

Es lo que se conoce como Meritocracia, un término acuñado en Francia a resultas de la Revolución de 1789. A partir de 1802, Napoleón Bonaparte estableció la primera red pública de centros educativos (los liceos) y garantizó que todos los niños franceses fueran escolarizados. Eso fue suficiente para ganarse la adhesión de las clases bajas, agradecidas por la oportunidad que tendrían sus hijos para ascender social y económicamente si hacían méritos… y eso es mucho para unos padres. Digo que fue suficiente, porque en contrapartida prohibió los sindicatos y las huelgas, además de conceder en las disputas laborales validez a las declaraciones de los empresarios.

Así pues, la Enseñanza es el principal ascensor social en cualquier sociedad, pero… ¿cumple esta función niveladora nuestro sistema educativo?. ¿Garantiza que las personas más capaces alcancen el puesto social que merecen por sus méritos, independientemente de la clase social en la que nacen?.

De acuerdo con los estudios de Euroestat sobre los españoles comprendidos entre los 25 y los 59 años, el 50% de los hijos nacidos en familias cuyos padres tienen un bajo nivel educativo, también tendrán un bajo nivel educativo, un 25% alcanzará un nivel medio y el otro 25% accederá a un nivel alto.

Mejores resultados alcanzarán los vástagos nacidos en familias cuyos padres tienen niveles educativos medios; un 50% alcanzará un nivel alto, un 35% mantendrá un nivel medio y un 15% caerá a un nivel bajo. Por supuesto, los más favorecidos son los nacidos de padres con alto nivel educativo: el 75% mantendrá este nivel, mientras un 20% caerá al nivel medio y un 5% al nivel bajo. Ya sabemos que las familias ricas proporcionan a sus hijos más actividades extraescolares (sobre todo el estudio de idiomas), más viajes y más actividad deportiva. El informe sobre Condiciones de Vida 2011 mejora algo estas cifras, de manera que no pasan del 40% los nacidos en familias humildes que quedan en la escala social de sus padres, pero eso era antes de la crisis. Actualmente, están renunciando a los estudios superiores por el aumento de las tasas y la reducción de bolsas y ayudas al estudio.

Contra esta argumentación, se puede decir que llevamos muchos años comprobando como una mejor preparación académica no garantiza superar el estatus de los padres, ya que muchos titulados tienen un trabajo para el que están sobre-cualificados, pero en el momento en que se genere más actividad económica, tendrán mayores posibilidades que los no titulados. Como dijo Alvin Toffler, «el analfabeto del futuro no será la persona que no pueda leer, sino la persona que no sepa cómo aprender», es decir, el futuro valor de los titulados no es lo que ahora saben, sino lo que pueden saber porque tienen la capacidad de reciclarse y adaptarse. En el lado contrario, en España tenemos 1.5 millones de desempleados que por su escasa formación no podrían acceder a casi ningún empleo, en el supuesto que los hubiera.

O realmente se da a la Educación la importancia que tiene, o dejaremos de progresar entre las naciones desarrolladas. Invertir dinero en Educación e Investigación es caro, pero no invertir es una ruina, porque condenamos a medio plazo a nuestra sociedad a moverse en niveles medio-bajos de productividad, además de las tensiones sociales que sin duda provocará la frustración de no poder ascender socialmente.

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