Es inmenso el orgullo de los líderes sindicales cuando proclaman ufanos a sus cada vez más escasos afiliados la pírrica victoria que los ha convertido en irrelevantes: ¡trituramos astilleros!
(El Confidencial-José.M. de la Viña)-Deberá ser grande la vergüenza de los jubilados de oro de Cádiz y Ferrol cuando pasean a sus hijos o nietos, les señalan los gigantescos puentes grúa apolillados y les digan apesadumbrados: ¡yo me cargué astilleros!
Es inmenso el orgullo de los líderes sindicales cuando proclaman ufanos a sus cada vez más escasos afiliados la pírrica victoria que los ha convertido en irrelevantes: ¡trituramos astilleros!
La SEPI (Sociedad Española de Participaciones Industriales) se afana impertérrita en incrementar las pérdidas generadas por ella misma durante tantos años de nula estrategia y nefasta gestión, esparciendo entre todos los españoles las pérdidas provocadas con absurda perseverancia por la inacción ordenada. ¡Se ha cargado Navantia!
La industria naval española es competitiva
Se acaban de contratar cuatro buques petroleros tipo Suezmax a pesar de la SEPI, para variar. Mucho ha costado. Ya solo falta un plan industrial sólido y una gestión eficaz, independiente de cualquier avatar político, que afiance el futuro de la empresa y de la industria naval española.
El salario medio de astilleros en Corea del Sur es de 45.000 dólares anuales. Su capacidad tecnológica, centrada en los procesos, es envidiable. En Japón pasa igual. China es otra historia, sus chapuzas no sirven aquí. Alemania e Italia gozan de grandes astilleros con los que se podría competir si pusiéramos a su altura los nuestros, para poder generar empleo, lo cual no es sólo posible sino necesario.
Gracias a este empujón político, la industria naval española, a través de Navantia, podría revivir y ser competitiva con los salarios actuales. Una vez se provea a la empresa de un convenio adecuado, en vez de un presidente cada cuatro años cuyas únicas credenciales son la cercanía al poder del momento, sin el aval de un prestigio profesional justamente labrado, ni ninguna capacidad de liderazgo.
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Una cuarta parte de la plantilla de Navantia tiene más de sesenta años.
El salto generacional es letal.
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La Naval de Sestao es un ejemplo alentador. Fue el único astillero privatizado con éxito la década pasada. Goza de una buena gestión que le permite competir en los mercados internacionales. Tiene en construcción cuatro buques de muy alta tecnología para… Holanda, que tanto daño pretendió infligir a la industria naval que quedaba.
Una cuarta parte de la plantilla de Navantia tiene más de sesenta años. El salto generacional es letal. La nula política de personal perpetrada durante los últimos quince años se podría convertir en una oportunidad para muchos jóvenes e ingenieros.
Si se estableciese una estrategia de formación y contratación acorde con el esplendoroso futuro que podría llegar, si los petroleros contratados pusieran por fin los cimientos de una estrategia ambiciosa y viable para los próximos veinte años, miles de nuevos trabajadores podrían conseguir un futuro prometedor permitiendo consolidar, además, la industria auxiliar y su gran efecto multiplicador.
Hay que aprovechar esta oportunidad con seso y con sentido común, algo hasta ahora vedado a Navantia por el poder político y el anquilosamiento burocrático. Necesitará para ello elaborar un modelo estratégico racional y sólido basado en los procesos, escogiendo bien el producto futuro, independientemente del ciclo de cuatro años y los contratos recién firmados.
Un plan industrial para Navantia que supere los ciclos de cuatro años
Aprovechando la coyuntura, y con el fin de afianzar la viabilidad empresarial de Navantia, los presidentes de la Xunta de Galicia y de la Junta de Andalucía, los alcaldes de Ferrol y de Cádiz cualquiera que sea su partido, trabajadores, técnicos y directivos, los sindicatos en tropel deben exigir al unísono que se cubra la presidencia y el Consejo de Administración con líderes capaces, en vez de esperar a que cuando pasen las elecciones, el gobierno entrante nombre al amigo de turno para sustituir al actual, tradición ancestral de la casa que tanto daño ha infligido a la industria naval y al empleo.
Exigir que el próximo presidente y el imperioso Consejo de Administración independiente, nombrados por fin con criterios empresariales, tengan experiencia fehaciente en compañías globales y complejas, y capacidad de liderazgo, con dependencia jerárquica del Ministro de turno, a ser posible del ramo, en vez de a un grupo de burócratas incapaces sin visión de nada. No podemos permitir que el próximo gobierno, cualquiera que sea el que salga de las urnas, vuelva a nombrar a más fulanitos infumables con ciclo vital idéntico al del Ministro que le ha nombrado.
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No podemos permitir que el próximo gobierno vuelva a nombrar a
más fulanitos infumables
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Dotar de un mandato ambicioso, claro, rotundo y con criterio que permita elaborar una estrategia integral a largo plazo de producto y de procesos, proporcionando medios para ponerlo en funcionamiento.
Si se aprovecha esta oportunidad, la industria naval podría afianzar su futuro a la manera coreana. Los hijos y los nietos que contemplan cada día las grúas cigüeña detenidas, cual pájaros disecados que ansían volver a la vida, deben poder ganarse la vida con dignidad en vez de sobrevivir a costa de la pensión de oro de sus equivocados ancestros que algún día ya no recibirán.
Así, el Ministerio de Hacienda, cualquiera que sea su titular, podrá recaudar más. Una vez entienda que el amiguismo recurrente ha destrozado la empresa. Una vez comprenda que para poner en marcha un sector industrial tractor generador de empleo a la manera alemana, coreana o japonesa hacen falta líderes contrastados al socaire de los políticos, aunque la empresa sea pública. La privatización vendrá después.
Para conseguirlo, hay que planificar y tomar decisiones urgentes, comenzando por desacoplar los nombramientos del ciclo actual y del que está por llegar, y del nepotismo del gobierno de turno.
Industrias tractoras
La única manera de generar empleo masivo es promoviendo determinados sectores industriales tractores a la manera coreana. Que permitan crear sueldos a granel y sirvan de caldo de cultivo a la innovación. Que permitan trabajar con dignidad, orgullo y esfuerzo una vez hayan jurado los trabajadores todos a una que no olvidarán la lección, que defenderán la empresa con orgullo y su puesto de trabajo con tesón, esfuerzo y productividad siguiendo la estela y el ejemplo de los líderes ansiados cuando estos sean nombrados.
Volvemos en septiembre. Esperemos que para entonces haya ilusión renovada mediante consenso político, una rotura definitiva del nefasto ciclo de cuatro años que solo un liderazgo sólido puede afianzar, una estrategia por fin cabal para Navantia, empleo para muchos y una renacida industria naval capaz de competir en los mercados internacionales, de generar riqueza a los ciudadanos, actividad industrial indefinida para las comarcas de Ferrol y de Cádiz y, felizmente, restaurado honor a sus abatidos jubilados que podrán contemplar de nuevo las grúas gaviota revoloteando bloques, orgullo de cualquier puerto de mar, y a los puentes grúa ensamblar monstruos de acero a los mandos de sus hijos y de sus nietos.
Comienzo alternativo del artículo:
«Deberá ser grande la vergüenza de los DIRECTIVOS de oro de Cádiz y Ferrol cuando pasean a sus hijos o nietos, les señalan los gigantescos puentes grúa apolillados y les digan apesadumbrados: ¡ENCHUFÉ AHÍ A TODA LA FAMILIA!»
Es una vergüenza que se pidan buenos profesionales cuando TODOS sabemos como entran los ingenieros navales en Navantia: Niet@s de Almirantes, sobrin@s de delegados sindicales, hij@s de antiguos directivos comerciales, prim@s de jefes de la sala técnica, etc.
Yo soy ingeniero naval y cuando terminé la carrera intenté entrar en Navantia pero sin un enchufe es imposible. No importan las notas ni la formación a mayores que uno tenga. Priman más el apellido o los amigos que la capacidad.
La culpa no la tienen los jubilados que se dejaron sus mejores años trabajando en la factoría. Hay que mirar hacia los directivos. Desde luego la capacidad para hacer gaseros no aparece por «inspiración divina» (aunque muchos jefes del astillero con «fuertes convicciones religiosas» así lo crean) y tampoco yendo a regatear a Bayona como algún otro pseudo-ingeniero de apellido ilustre cuyo proyecto de fin de carrera no se puede consultar porque estaba tan mal hecho que lo han retirado de la biblioteca.
Desde mi punto de vista de ingeniero, con experiencia en el extranjero, creo que se ha creado el «mito Navantia». No se cuentan en los periódicos todos los errores de diseño que hubo en las F-100 por ejemplo y cuando salen a la luz, como en los submarinos de Cartagena, se intentan minimizar.
Basta de enchufar a sus familiares. Si el hijo del Capitán de Navío «fulanito» fue un estudiante mediocre y vago que prefería irse de fiesta a hacer un curso de verano sobre propulsión eléctrica en pleno mes de Julio pues que no entre en la empresa porque no tiene nada que aportar (ni actitud ni conocimientos).
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