Las goletas «Graciosa» y «Almansa» hacen escala en la villa pixueta de Cudillero con treinta y ocho alumnos que reciben instrucción naval en el segundo de sus tres años de carrera
(La Nueva España) A. M. Serrano- «¿Probamos tú y yo? Igual podemos manejarlas y todo». Las palabras son de un marinero pixueto experimentado que habla con un amigo justo en el momento en que dos goletas de la Escuela de Especialidades Fundamentales de la Estación Naval de la Graña (Ferrol) atracan en Cudillero. A las seis de la tarde de este sábado, día 27, puntuales, «Graciosa» y «Almansa» entraron en el puerto pixueto, triunfales y en un espléndido día de sol y cielo azul. Están dirigidas por los tenientes de navío Christian Fernández y Javier Valle Fernández y llevan a bordo a 38 alumnos. En Cudillero la Armada Española hace parada estos días, coincidiendo con las fiestas de San Pedro.
Los tenientes han decidido atracar en este «puerto amigo» porque tienen referencias «buenas» de otros años. «Es una escala sin más, no tiene nada que ver con pruebas técnicas», explica Javier Valle, única persona autorizada a comentar algunos detalles del viaje que llevará a los tripulantes por otros puntos de las costas de Galicia, Asturias y Cantabria.
La expedición forma parte del aprendizaje de los alumnos, con edades entre 22 y 35 años en este caso, que han optado por hacer carrera militar en el mar. Todos están en el segundo curso de los tres que tienen por delante. Con esta travesía por mar abierto ponen a prueba los conocimientos técnicos adquiridos hasta la fecha.
«Se trata de que conozcan cómo es la navegación por dentro, de que de utilicen a bordo toda la información que aprendieron», explica Valle. El viaje tiene además un añadido especial. Para muchos es la primera experiencia de este tipo. «Algunos fueron marineros, pero la mayor parte del tiempo estaban en puerto», añade el teniente.
Este periplo por el litoral de Galicia, Asturias y Cantabria les obliga a compartir camarote, a perder el miedo a estar en el mar sin ver tierra en el horizonte y a convivir. «Forma parte del proceso de aprendizaje. Nosotros tenemos que compartirlo todo, con lo que ello conlleva», explica el teniente. Como anécdota, hacen turnos para dormir. Siempre hay una persona vigilando lo que pasa y pendiente del mar. «Eso ya requiere un compañerismo», añade Valle.
Las goletas que atracaron en Cudillero se incautaron a narcotraficantes y ahora se utilizan como barcos escuela. Este año serán el centro de estudios y prácticas de la tripulación hasta el 14 de julio. El teniente de navío explica que no se pasa miedo. «El mar está tranquilo», dice con una sonrisa. Hace tiempo que él no vive un percance digno de recordar por el riesgo. Todo lo que hacen está calculado.
Nada está a merced de la improvisación: hay disciplina y entre el grupo se vive con pasión el compañerismo porque todos son muy conscientes de que deben ayudarse.
Las goletas llamaron la atención de un buen número de curiosos en un día de intenso sol, de ola de calor y de playa. Los que deseaban conocer algo más de la Armada Española pudieron acudir este domingo, día 28, al puerto. La tripulación acercó la «Graciosa» y la «Almansa» al muelle viejo de Cudillero, cerca de la plaza de La Ribera, donde se celebran la víspera de las afamadas fiestas de San Pedro.
Los aprendices visitaron este domingo con sus profesores el Ayuntamiento de Cudillero y allí tuvieron una recepción oficial. Se llevaron un recuerdo, y vestidos de polo blanco y pantalón azul, como manda el Cuerpo y también la tradición, pasearon por la villa. Las goletas partirán con nuevo destino para completar el crucero de fin de curso. En próximas fechas estarán en Luanco, Laredo, Viveiro y Sada. Visitarán el puerto de Laredo del 3 al 5 de julio; el de Luanco, del 7 al 9 de julio; el de Viveiro, del 11 al 13 de julio, y el de Sada, el 13 y el 14 de julio.