El nuevo contrato logrado por Iberdrola para desarrollar un parque eólico marino en mar del Norte abre la puerta a Navantia para suministrar buena parte del material necesario. No sería el primero.
El presidente de la compañía eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, anunció a primeros de mes en Sevilla que Navantia sería el proveedor preferente de Iberdrola para poner en marcha el proyecto ‘Wikinger’. Se trata de un parque eólico marino en Alemania.
Esta decisión ha significado para Navantia su entrada por la puerta grande en el negocio ‘offshore’ y, sobre todo, la ansiada diversificación de su producción. Es decir, además de la construcción naval y la reparación de buques, los astilleros públicos pueden fabricar plataformas y estructuras para albergar los aerogeneradores y las subestaciones eléctricas.
Iberdrola, a través del proyecto ‘Wikinger’, ha dado carga de trabajo tanto al astillero de Ferrol-Fene, con la construcción de los ‘jackets’, como al de Puerto Real, con la fabricación de las estructuras metálicas.
El acuerdo alcanzado ahora entre Iberdrola y el Gobierno inglés abre las expectativas de Navantia ante nuevos encargos.
El complejo eólico marino que promueve y explotará Iberdrola cerca de las costas del Reino Unido supondrá la instalación de 240 molinos eólicos de última generación en un área de 300 kilómetros cuadrados. El parque implica también la puesta en marcha de cinco subestaciones submarinas, que recogerán y distribuirán la energía de los aerogeneradoes.
El denominado proyecto ‘East Anglia One’ necesita de toda la infraestructura y es más que probable que Iberdrola cuente con Navantia para ello como ya lo ha hecho con el ‘Wikinger’ en Alemania. Los ingenieros de la constructora naval española llevan más de tres años desarrollando prototipos para su entrada en el mercado del ‘offshore’.
LVD