El quehacer literario, el trabajo de escribir del cada día, ofrece límites muy fluidos, ya que como bien sabemos abarca desde el mero acto de llenar de palabras unas cuartillas al ejercicio de una profesión ,que quisiera prefijar en la periodística y dentro de ella en la de colaborador de Prensa.
Y es que uno, como muchos otros «colaboradores» de los distintos medios de comunicación, nuestra profesión posiblemente, no era esa, pero sí nuestra vocación e incluso diría que nuestra pasión. Y es que el colaborador de un periódico es «una firma» al servicio de un diario, cosa que no acontece, por ejemplo, en el caso de los redactores de un diario cuyo nombre es, muchas veces, desconocido del publico lector.
Quiero decir, con esto, y algunos lo entenderán, que el colaborador ofrece el prestigio de su nombre y, al mismo tiempo, asume una responsabilidad, dato de evidente interés en un pais donde nunca falta un «amigo» que, armado de tijeras, recorta y archiva los trabajos del escritor, por aquello de que, lo escrito, escrito queda.
Cae en mis manos, por citar un caso, los colaboradores que dejaban su firma en los diferentes medios locales de Ferrol. La foto, del recordado Arjo, nos muestra al que fuera Ministro de Informacion y Turismo, Pio Cabanillas, a bordo del legenderio buque»Dédalo», atracado al Arsenal Militar en Ferrol, en agosto del 1974, rodeado por los significados informadores/colaboradores de prensa locales,como eran el fotógrafo Manuel Ferrol, Chiqui, Manel, Pedro Sanz, Antonio José Pedreira, Pita da Veiga, Carlos Barcón, Vicentón y Paco Cobas.
Muchos de estos informadores y colaboradores tenían su profesión, y por desgracia algunos de ellos han desaparecido, otros, ya viejos rokeros, también con su profesión, siguen ejerciendo esta tarea periodística, a veces de forma independiente, lejos de los comunicados oficiales y de los dossieres de los distintos gabinetes de prensa oficialistas, pero posiblemente lo sigan haciendo por esa vocación/pasión profesional que tienen y que nunca han aprendido en universidad alguna, porque también saben que el periodismo, como la arquitectura, es arte y ciencia a la vez. Y el artista nace… como el periodista, que no necesita carnet alguno para avalar su profesión.
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