Manuel Molares do Val-(molares@yahoo.es-cronicasbarbaras.es)
Una proverbio periodístico señala que “perro no come perro”, que un periodista nunca debe atacar a otro, demanda de compadreo que lleva a la corrupción profesional.
Hay que rebelarse contra esa tradición y advertir que la “periodistonovelista” Pilar Urbano, de larga carrera a sus 74 años, recibe iluminaciones nigrománticas que le hacen presentar como información los mensajes que llegan del más allá.
Acaba de publicar en Planeta un libro, “La gran desmemoria”, en el que, dice ella, varios muertos implican al Rey en la gestación de un 23F paralelo en colaboración con el general Armada para abortar un golpe de Estado más peligroso aún que el de Tejero.
Es una vieja especulación que nunca llegó a sustanciarse y que todos sus protagonistas, civiles, políticos y militares, han rechazado desde aquel 1981 hasta hoy.
Pero quizás gracias a sus conexiones paranormales y proclamada espiritualidad Pilar Urbano reproduce diálogos que atribuye al Rey con el general Sabino Fernández Campo, Adolfo Suárez o el general Alfonso Armada, que en vida habían desmentido esta historia.
Urbano publicó en 2008 “La Reina muy de cerca”, con encuentros con Doña Sofía, algunas de cuyas confidencias fueron otras creaciones suyas, también algo espiritistas.
Ese es el peligro del exceso de metempsicosis en el periodismo: presentar como hechos reales, para vender muchos libros, las sugestiones milagrosas, los rezos por el camino de la Santa Compaña, o las santerías y güijas del televisivo “Cuarto Milenio”.
La información de fuentes contrastadas, no anónimas, no es opinión. Este cronista advierte que aquí no da noticia, sino que opina.
Esta Pilar Urbano, como dicen Felipe González y tantos otros testigos, “miente mucho más que habla”. Bueno, más bien sus espíritus visitantes, buenos agentes comerciales, son los que le mienten y ella dice que les cree.