Pilar Franco Bahamonde (Ferrol, 27 de febrero de 1895 – Madrid, 6 de enero de 1989). Hermana de Nicolás, Ramón, María de la Paz y Francisco Franco Bahamonde,
Nació en Ferrol el 27 de febrero de 1895. Hija de Nicolás y Pilar, era la tercera de cinco hermanos. Contrajo matrimonio en 1914, cuando tenía 19 años, con el militar Alfonso Jariaíz Jerez, con el que tuvo 10 hijos, y quedó viuda cuando el menor de los niños tenía 10 meses. Escribió el libro “Nosotros, los Franco”, publicado en 1980, en el que narraba detalles de la vida de su familia. Murió en los primeros días de 1989 a los 93 años de edad.
Habla de su familia
En el año 80 Pilar Franco hizo unas declaraciones al diario “El país” en las que, entre otras, cosas decía
«Se han escrito por ahí tantas cosas contra mi hermano Paco, el generalísimo, y contra mi familia, que teníamos que defendernos. Como yo soy la única que queda de los hermanos, por eso he escrito este libro», afirmaba Pilar Franco Bahamonde, hermana del general Francisco Franco, anterior jefe de Estado, a modo de justificación sobre el libro «Nosotros, los Franco», que el periodista Emilio Romero presentará en un restaurante madrileño.
Pilar Franco asegura a EL PAIS que no se trata de unas memorias. «Lo único que deseo es que se sepa la verdad. De mi padre, por ejemplo, se dijo que le gustaba la buena vida. Pues, bueno, el que no quiera buena vida que tire la primera piedra. Es verdad que tenía mal genio y que era muy exigente, pero también es verdad que fue un gran jefe de Marina. De mi hermano Ramón se han dicho muchos disparates, incluso se ha escrito un libro sobre él llamándole el hermano maldito de los Franco. Lo único cierto es que fue el hermano mimado de la familia, porque era el más pequeño. Ninguno de nosotros, sobre todo mi madre, queríamos que fuese aviador. Deseábamos que fuese sacerdote, curita». Los Franco fueron conocidos antes de la guerra civil, más por la hazaña de Ramón, el piloto republicano que cruzó el Atlántico a bordo del Plus Ultra, que por la personalidad de Francisco, entonces capitán general de Canarias.
La muerte de Ramón
La muerte de Ramón, en accidente aéreo ocurrido el 28 de octubre de 1938, es todavía hoy un enigma histórico. «La nota oficial que se dio fue bastante confusa», afirma Pilar Franco, «y tampoco está muy claro lo del atentado masónico».
Pilar añade que su libro aporta en este sentido datos nuevos, gracias a una carta que le envió, hace poco, Justo Fernández-Trapa, general de brigada de Aviación. «Fernández-Trapa fue ayudante del generalísimo durante muchos años y fue el que descubrió y rescató del agua el cadáver de mi hermano Ramón». Pilar Franco interrumpe aquí su conversación, porque no quiere ofrecer más información al respecto. El cadáver de Ramón, según el testimonio del general Fernández-Trapa, presentaba al parecer, una herida en la frente, un orificio limpio, similar al que producen las balas. El cadáver rescatado del hidroavión por el general Fernández-Trapa carecía también de una pierna, pero no sabe precisar si ésta faltaba realmente o estaba rota. La importante carta de este testigo abunda, a juzgar por lo que dice en el libro, en otras anomalías técnicas y circunstancias misteriosas que rodean la muerte de Ramón y que hacen todavía mayor la incógnita. La opinión de Pilar se inclina por una especie de sabotaje del avión antes de su despegue, a cargo de la masonería mallorquina.
La menos importante de la familia
«De mi hablo muy poco», continúa Pilar, «porque soy la menos importante de la familia». La biógrafa conserva un singular recuerdo: su viaje a Buenos Aires cuando el general Perón venció en las elecciones de 1946 y fue proclamado presidente de la República. «Daban una comida en un club o algo así», dice Pilar, «y cuando vieron que yo estaba allí, no hubo más autoridad que yo».
Pilar Franco asegura, sin embargo, que ni ella ni su familia formaron parte de los clanes de El Pardo. El hecho que mejor apoya su afirmación es la imposibilidad para Pilar de escribir sobre la agonía y muerte de Francisco Franco. «Nos fue prohibida la entrada en La Paz a Nicolás y a mí. Solamente dejaron entrar, de la familia, a la mujer, a la hija y a los nietos. Me dijeron que podía verlo dormido, pero yo me negué. Quería verle con todos los sentidos. Todavía no sé por qué nos hicieron eso. Fue una crueldad terrible, algo inhumano. El marqués de Villaverde no dijo nada, pero no fue él quien lo prohibió. Después, cuando murió el generalísimo, ya no quise verle muerto. Cuando lo pienso, se me ocurre que hubiera sido mucho mejor para todos nosotros que Franco hubiera sido un fontanero, o un albañil, o un vendedor de periódicos… No sé. Quiero decir que, si hubiera sido una persona humilde, no nos habría pasado eso».
Respecto a la posibilidad de que el editor Lara publique las memorias de Franco, Pilar dice que nada sabe sobre este asunto. «Yo ni siquiera he hablado con Lara de mi libro. Las memorias de mi hermano están depositadas en la caja de una sociedad americana».
«Vivo sola. Una muchachita viene tres horas al día para ayudarme: Vivo modestamente, de la pensión de mi marido. Para que luego hablen del dinero de los Franco».