(defensa.com) La Royal Australian Navy (RAN) tiene previsto sustituir sus actuales fragatas clase ANZAC en el marco del programa SEA 5000 por ocho fragatas antisubmarinas de nuevo diseño. En estos momentos se discute en Australia si el diseño del destructor antiaéreo clase Hobart (basado en la fragata F-100 de Navantia) del programa SEA 4000 serviría como base para dicha fragata o si su tamaño resulta excesivo para las necesidades.
Los destructores clase Hobart son básicamente destructores antiaéreos, sin embargo la futura fragata del programa SEA 5000 sería eminentemente antisubmarina. Los requisitos fueron recogidos en un White Paper del Ministerio de Defensa en 2009 y contemplan el diseño de ocho fragatas de mayor tamaño que las ANZAC actuales, dotadas de sonar de casco, sonar remolcado, capacidad para operar helicópteros antisubmarino y un vehículo aéreo no tripulado así como misiles de ataque a superficie.
Se considera más adecuado un diseño como el de las fragatas que Navantia construyó para Noruega, clase Fridtjof Nansen, con 5.130 toneladas, dotadas del radar AEGIS en su versión AN/SPY-1F y un coste aproximado de 326 millones de dólares por buque. Navantia presentó recientemente datos concretos del diseño de las fragatas F-110 para la Armada española, buques también eminentemente antisubmarinos, por lo que este diseño podría resultar de interés para la marina australiana.
Este programa se encuentra aún en sus primera fases y no se contempla la capacidad inicial de estas fragatas para antes de 2027 ya que las fragatas clase ANZAC a reemplazar han recibido mejoras de media vida.
Los dos principales programas navales en los que está inmersa Australia han contado con la participación destacada del astillero Navantia, tanto en los destructores clase Hobart como en los buques de desembarco anfibio tipo Camberra, ambos basados en diseños del astillero español pero construidos parcialmente en Australia. Además en está prevista la compra de dos buques de reaprovisionamiento (AOR) del estilo al Cantabria que opera la Armada española. Precisamente este buque ha estado un año operando en la Royal Australian Navy y ha sido muy positivamente valorado, por lo que las perspectivas en este contrato son positivas.
Por último, Australia tiene previsto dotarse de una nueva flota de hasta 12 submarinos, programa que también sigue con atención Navantia a la espera de completar el diseño del S-80. (J.N.G.)