El Consejo Diocesano de Pastoral formado por representantes de toda la comunidad diocesana de Mondoñedo-Ferrol (sacerdotes, consagrados y fieles laicos), y presidido por el obispo de la diócesis, Manuel Sánchez Monge, acordó en su última reunión manifestar su solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de Ferrolterra en su demanda de carga de trabajo para el sector naval.
«Hacemos también extensivo nuestro apoyo a otros sectores productivos, al comercio y a los servicios, dependientes o no de nuestro principal motor económico, que igualmente están siendo azotados por las terribles consecuencias de este progresivo desmantelamiento al que están siendo sometidos nuestros astilleros.
La familia diocesana no es ajena a esta tremenda tragedia, que acaba con la esperanza de nuestros jóvenes y de las generaciones más preparadas para construir el presente y el futuro de nuestra sociedad. Nos hacemos eco de las palabras del papa Francisco en su viaje a la isla de Cerdeña y decimos también que este problema es consecuencia de “un sistema económico que coloca en el centro un ídolo que se llama dinero, y Dios quiso que en el centro del mundo, no esté un ídolo, sino el hombre y la mujer que lleven adelante el mundo y su trabajo”.
Al lado de los que sufren
«Por eso estamos al lado de los que sufren, de los que pidiendo carga de dignidad para Ferrolterra, son víctimas de un sistema económico que está demostrando ser insolidario e injusto. Nos oponemos abiertamente a aquellos que amparados en su poder, aprovechan esta situación dramática para dar una vuelta de tuerca en la precarización de las condiciones de unos trabajadores y sus familias que ansían dignidad y tienen derecho a un trato más justo.
La gran labor de Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales, está permitiendo paliar los casos más graves, cubriendo las carencias de un Estado que conducido por las leyes que imponen los mercados, ha cambiado su orden de prioridades en relación con el ser humano».
Acabar con la anómala situación del naval
«Por ello, conscientes de las auténticas barreras que impiden que nuestros astilleros dispongan de la necesaria carga de trabajo, exigimos a todos los agentes con responsabilidades en la materia, que pongan los medios necesarios para acabar con esta anomalía para nuestro sector naval y devuelvan la esperanza perdida a todos nuestros vecinos.
Rogamos a Dios que ilumine y fortalezca a todos en la tarea de hacer realidad una salida digna a la carencia de trabajo en Ferrol y su comarca».