Los gaseros y los astilleros

(DdC-José Joaquín León).- El caso de los gaseros de Navantia es increíble. La versión de Gas Natural para explicar porqué los armadores Knutsen y Elcano se lo encargan a astilleros de Corea del Sur y Japón, respectivamente, dice justo lo contrario que la versión de Navantia. Ambas explicaciones no pueden ser ciertas a la vez (pues son totalmente contradictorias), así que alguien miente. Y, por otro lado, el presidente provincial del PP de Cádiz , Antonio Sanz, y la alcaldesa y diputada, Teófila Martínez, insisten en que el Gobierno aún está negociando (por no decir presionando, finamente). Y, según un rumor que circula, se intenta que al menos dos se construyan en España (uno en Ferrol y otro en Puerto Real). Pero, de momento, una empresa española, Gas Natural, está desprestigiando a Navantia, otra empresa española.

Unos astilleros, como cualquier industria que ofrece productos, deben ser competitivos. Recordemos que la competitividad no depende sólo de los salarios. Una empresa le puede pagar sueldos bajos a sus empleados y no ser competitiva. En este caso de los gaseros, como en tantos otros, se compite por el precio, por la calidad y por los plazos. Los precios dependen del ajuste de costes (en lo que el salario es sólo una parte). La calidad depende de contar con la tecnología y los profesionales necesarios. Y los plazos dependen de trabajar bien y de racionalizar y agilizar la producción.

Según Gas Natural y sus armadores, resulta que Navantia es más caro, tiene peor tecnología y tarda más en entregar los barcos. O sea, que es una porquería de astilleros, según ellos. Y además, se ha publicado que los responsables de Navantia ni siquiera presentaron una oferta formal (documento que, en caso de existir, estaría en algún lugar, se supone), sino que iban en plan compadres.

En este caso, los trabajadores de los astilleros tienen razones para estar mosqueados. Sólo que no deben confundir el objetivo. Si quieren expresar su disgusto y frustración, el sitio no es el puente Carranza (donde fastidian a los gaditanos inocentes), sino que se vayan a Madrid y se quejen ante Navantia y ante Gas Natural. Pero que esperen al menos, por si al final ocurre un milagro. Tampoco parece que este sea el mejor momento para que Navantia presente su plan de futuro, cuando todo es tan confuso.

Y sorprende mucho el papelón de Gas Natural. Cuando a Repsol le pasó lo de YPF en Argentina eran «intereses españoles» estratégicos. ¿Y ahora qué?.