Manuel Molares do Val– (molares@yahoo.es-cronicasbarbarss.es9
España fue una potencia constructora de buques que, según los armadores que los encargaban, se hundió podrida por la ineptitud de sus directivos y la mala fe sindical.
Ahora, las españolas Gas Natural, participada por Repsol, y Elcano, han encargado cuatro buques metaneros a astilleros de Japón y Corea, negándole el trabajo a Navantia, empresa estatal regida por Hacienda-Montoro, que perdió 78,2 millones de euros en 2012.
Los medios de comunicación protestan patrióticamente por la expropiación sufrida en Argentina por la multinacional española Repsol, levemente atenuada con la promesa de una indemnización, y denuncian que la estatal mexicana Pemex se aprovecha del expolio.
Pero para muchos trabajadores Pemex actúa más como española que Repsol: acaba de comprar unos astilleros en Vigo para construir barcos.
Y sin embargo, a través de Gas Natural, Repsol prefiere astilleros japoneses y coreanos, demostración de que las multinacionales son apátridas.
Los astilleros nacionales perdieron así una inversión de 600 millones de euros que daría trabajo durante varios años a 6.500 operarios.
Esa es la situación de los astilleros de Navantia en Ferrol-Perlío y Cádiz, que creen que pueden construir buques civiles –no hay pedidos militares por la reducción de presupuestos de Defensa—, pero que no tienen encargos, sólo promesas, y en el caso del astillero ferrolano, una esperanza, también de Pemex.
Para justificarse, los directivos de Gas Natural-exFenosa acusaron de ineptitud a los responsables de Navantia y de poco fiables a sus sindicatos, acostumbrados a ordenar insostenibles huelgas cuando por contrato deben entregarse los barcos.
A efectos económico-laborales, ni Repsol es española, ni Pemex deja de serlo, vista esa inversión, así que basta de patriotería.
Y los barcos construidos aquí salen el 30 por ciento más caros que los construidos por los bien pagados obreros japoneses, ¿por qué?