Hipocresía política

Pedro Emilio Sanz Sánchez, director

Si ustedes siguen un poco, solamente un poco, el “noticiero semanal” comprobarán la cantidad de malas políticas que emplean nuestros políticos (va repetido).

Malas políticas y diríamos que malas artes, aunque ya saben aquello de que “en política todo vale, todo sirve”.

Es cierto que los políticos además de estar para servir al pueblo, a su pueblo, realizan también su propia campaña de mantenimiento, y aquí valen “todos los mantenimientos que ustedes puedan suponerse”.

Vamos por partes.

Inconcebible, entre los socialistas la película de la “guerra de las galaxias” se queda pequeña ante tanto navajeo.

Como ya comentábamos en el anterior “De lunes a lunes”. Unos dicen que Natividad González calla y se subordina al alcalde, ella es la gerente y él, el presidente de Costa Noroeste; otros dicen que otro edil es un trepa y que está quemando sus últimos cartuchos por temor a que “no lo pongan” en la próxima candidatura; de otra edil que es medio coruñesa y no tiene tiempo; y así hasta llegar al anterior alcalde, el carcelero, al que acusan de pasotismo cabreante.

Pero no se crean, los del “otro lado” también se llevan lo suyo… que si Beatriz Sestayo “desde siempre” tiene ganas de agarrar bien la asamblea (de momento la votan por mayoría) para figurar en el puesto número uno a la alcaldía; que si otra, que si otro… en fin “la noche de los cuchillos largos” llegará antes de las municipales si es que las cosas “tan pensadas” hacen que el tema de la portavocía se suma en el “mundo de los sueños”  del caño (reunión en Santiago ya celebrada), al coro (reunión en Ferrol), y del coro (impugnación con reunión de la provincial) al caño (impugnación de la ejecutiva local a la nacional gallega) y vuelve al coro (la nacional gallega toma acuerdo final) y al caño (cese de la portavoz).

Uf … tremendo, parece la atracción de feria que nunca llegó a Ferrol, ¿recuerdan?, la noria. Bueno ahora…“Sálvame diario”.

Malas políticas, porque al final pierde el partido y los sufridos afiliados hasta llegar al pueblo llano.

Claro que para políticos. ¿Han podido asistir al último pleno?. Bueno, si no tenían invitación pues cola a la entrada, contaban diez y los demás (salvo invitación), a esperar o a ver la sesión por medio de Internet.

Claro que en Internet no tiene mucha gracia. No sabemos el porqué ocurre que cuando alguno del público se dirige, sin el permiso reglamentario al alcalde, de pronto “silencio” no se oye nada. ¿Curioso verdad? Recuerdo mis tiempos de alumno en “los frailes”. Íbamos al cine en el salón de actos y cuando venía una peli con un simple beso, no sabíamos por qué pero la pantalla se ponía en negro. Mirábamos hacia la cabina y siempre se veía a alguien que vestía hábito blanco poniendo la mano delante de la máquina ¡qué tiempos!.

Antes de continuar, en la mañana de este martes me encontré con un dirigente político y le dije entre otras cosas “nosotros estamos abiertos a todos y si hay que zurrar se zurra a quien sea y si hay que alabar se alaba”. Su contestación fue “ya os leemos”.

Pues bien, ante la postura del portavoz del BNG, Iván Rivas, reivindicando obras en unas calles (tenía vecinos en los asientos del salón) un edil popular, Borja Carro, le preguntó “¿Y por qué no lo hicieron ustedes cuando gobernaron?”, “¿Y por qué se apunta usted al tema cuando sabe que el gobierno popular va a solucionarlo?”. La tercera pregunta, que se podría hacer extensiva a EU (ambos grupos abandonaron el pleno, aunque los del BNG regresaron para no perder espectadores) fue “¿Y ustedes van a cobrar ante su ausencia a la sesión?”.

Y es que algunos son como el perejil, están en todo aunque solamente lo hagan para salir en la foto, se apuntan a todo lo que sea ir en contra del PP (si fuera otro grupo gobernante también lo diría) sin pensar en una política de ciudad. Piensan con el ombligo sin hacerlo en el cuerpo.

Una peniña, pero tenemos los políticos que merecemos.

Igual sucede con el tema de Irmandiños y los bomberos. Tienen razón los vendedores del mercado de A Magdalena y los comerciantes e industriales de la calle de la Iglesia. Tienen la razón, toda la razón los bomberos municipales, pero… ¿hacemos ciudad?.

¿Es necesario el saneamiento?, ¡si!, por lo tanto hay que hacer obras con las consiguientes molestias para los ciudadanos, pero al final,  obra realizada. Si no se hicieran nos encontraríamos con un Ferrol con luz de gas, calles con hierbas y tiempos dieciochescos.

Pero hace falta tener lo que hay que tener para criticar, el BNG al gobierno actual y destacando «los perjuicios que se le pueden hacer a comerciantes y vendedores».

¿Pero es que nadie se acuerda del daño ocasionado en la plaza de España y todo por un caballo (es una expresión)? Levantaron la plaza, los comercios y los ciudadanos tuvieron que pasarlas negras, aquello quedó como quedó y ¿hay o no diferencias?. En Irmandiños, aun con problemas, se va a solucionar un problema latente y prolongado en el tiempo, habrá una solución final y muchas familias podrán trabajar en una de las empresas más importantes de Ferrolterra, en el marisqueo en la ría. Repito… muchas, cientos.

¿Qué se ha conseguido con la plaza de España (operación BNG)?,  dejarnos una obra inacabada (esperemos que la de ahora sea la última), miles y miles de euros allí enterrados, comercios cerrados, vecinos cabreados  y repito… todo por un caballo.

¡Así es la política!

Lo de los bomberos como muchas cosas del resto de la ciudad ya viene de antes  (incluyo el gobierno del señor Juncal) y bastante hacen los de ahora con tapar parches y no pocos a los muchos agujeros que quedaron por tapar.

Y poco más, esperemos, lo digo por adelantado, las críticas cuando comiencen las obras de la calle del Sol, o las de San Francisco, o las del Cantón, o centro cívico de Canido (perdón, aquí no, porque toca familia) en fin, a veces y perdonen, más que políticos de ciudad o de pueblo parecen peces… mueven la boca, pero no dicen nada.

Y mientras los ciudadanos viendo hipocresía por muchas bandas.

Y en el próximo…“hablaremos del gobierno” (Tip y Coll).

Un chisme. En el Ateneo hay marejadilla. Se habla de comisión gestora y hasta de una «refundación  total».