Confiar si, ¿pero en quién?

jesus varelaJesús Varela

«Esa es la cuestión», diría Hamlet. Todos dicen preocuparse por todo. Todos prometen mejorar todo aquello que nos rodea y afecta. Todos, absolutamente todos, se comprometen abiertamente y sin reparos de ningún tipo, sabiendo incluso, que no van a poder cumplir con sus promesas. ¿Por qué nos tratarán así?

En todo tipo de elecciones vivimos eslóganes que son auténticos cantos a la esperanza. “ Juntos vamos a más “, “ Merecemos una España mejor “, “ Chegou o momento”, “ Puedes confiar “, “ Ayer por Galicia, ahora por Ferrol “…etc. Sin embargo, todos ellos no son más que frases hechas para vender un producto que, o tarda excesivamente en llegar (pensemos en el saneamiento de nuestra Ría) o se pierde por el camino y nunca se materializa. En Ferrol los eslóganes siguen siendo mensajes vacíos de contenido. Proclamas para sordos.

El 13 de Febrero del 2009 José Manuel Rey Varela, (hoy alcalde de la ciudad); Natalia Barros (actual directora del programa de revitalización de la comarca, Plan Ferrol) y Diego Calvo, (presidente hoy de la Diputación de A Coruña) presentaron en Serantes un paquete de medidas que Feijoo se comprometió a cumplir si salía elegido presidente de la Xunta de Galicia. Pues bien, pasaron casi cinco años desde aquellas promesas y compromisos, Feijoo es el presidente de la Xunta de Galicia desde casi aquel entonces ¿Y qué queda de todo aquello? Pues una ciudad peor y unos ciudadanos cada vez más jodidos. Esa es la triste realidad.

¿Qué ocurrió con el parque empresarial de Leixa y la Plataforma Logística de Mandiá? ¿Qué fue de la promesa de impulsar un barrio de nueva construcción en Recimil? ¿Qué sucede con el prometido Gran Centro de Reparaciones? ¿Qué aconteció para que lo de hacer del Castillo de San Felipe y de los Arsenales patrimonio de la humanidad se paralizase? ¿Qué acaeció con el plan dinamizador para las rehabilitaciones de Ferrol Vello y de A Magdalena?…. Y es que así podríamos continuar enumerando compromisos no realizados hasta completar un extenso listado. ¿No parece esto una burla? ¿De verdad nos lo merecemos?

A los ferrolanos quizá nos ocurra un poco lo que a Hamlet en su tragedia. Somos una sociedad que casi siempre se debatió entre la duda y la decisión. Estamos siempre ante el dilema de tomar uno u otro camino. Y lo hacemos, porque en el fondo somos reacios a todo tipo de cambio por la desconfianza que sentimos hacia lo desconocido. Sin embargo, lo que está claro es que Ferrol no puede continuar por ese camino. A Ferrol no le queda otra que dar un paso al frente de forma decidida. (tendríamos que remontarnos a finales del siglo XIX y principios del XX, entre los años 1893 y 1907 para vivir una situación similar de falta de trabajo y de decaimiento de la ciudad)

Y en ese contexto, y aún considerando que no tuviésemos perfectamente claro quien podría representarnos mejor, lo que si deberíamos de saber, después de estos últimos treinta años, es quienes NO deben de seguir representándonos. La clase política ferrolana que representó a la comarca de Ferrolterra durante estos últimos años ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias. Sencillamente no dio la talla.

La actual familia política de Ferrolterra ya no se merece más consideración, su crédito esta súper agotado. Ferrol necesita de una nueva hornada de políticos/as que traigan aire fresco al viciado ambiente que hoy se respira en ese medio. Actualmente lo que prima no son los intereses generales y si los particulares y de partido. Hay ferrolanos que llevan la friolera de 30 años en política, (algunos de ellos al máximo nivel) y sin embargo todavía no pueden decir a estas alturas que haya nada en la ciudad que lleve su sello. ¿Es esto normal? ¿Qué hacen este tipo de personas por quienes les eligen? Nada, parece que solo piensan en ellos mismos y en quienes les permiten continuar estando ahí.

Ferrol languidece amargamente, y la sociedad ferrolana tiene que saber y ser capaz de dar respuesta a sus necesidades. Si miramos a nuestro alrededor y vemos el legado que esta clase política nos va a dejar, llegaremos al convencimiento de que no podemos permanecer parados por más tiempo. El cambio se hace imprescindible ya y a la vista de lo que a esta ciudad le ocurre, parece estar claro que ese cambio tiene que venir a través de la propia sociedad. Los políticos “profesionales” ya demostraron de lo que son capaces, ahora llega el momento del ciudadano de a pie.

 

 

 

 

 

 

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