(EC) El jurado popular considera culpable a José Bretón por el asesinato de sus dos hijos, Ruth y José. Los nueve miembros del tribunal, formado por dos hombres y siete mujeres, han comunicado por unanimidad en la cuarta jornada de deliberación: que Bretón simuló perder a sus hijos en un parque cordobés y que, en realidad, los niños habían sido asesinados y quemados hasta ser calcinados por su padre en Las Quemadillas, una finca familiar ubicada a las afueras de la ciudad el 8 de octubre de 2011, el mismo día en el que denunció su desaparición. El jurado considera que no debe concedérsele la posibilidad de indultos o libertad condicional. La defensa tiene ahora derecho a presentar un recurso.
Ninguna duda
El jurado no ha tenido ninguna duda, y considera probado que Bretón compró los tranquilizantes Orfidal y Motiván para adormecer e incluso matar a sus hijos; que decidió que el lugar más adecuado para cometer el crimen era la finca familiar y que acopió gasóleo en grandes cantidades para incinerar los cuerpos de sus hijos. El tribunal también ha sentenciado por unanimidad que Bretón trató de fabricar una coartada falsa diciéndole a sus hermanos que habían quedado en el parque de La Ciudad de los Niños y que los huesos encontrados en la hoguera dentro de la finca «solo pueden ser de Ruth y José, de ningún otro niño». La madre de los menores, Ruth Ortiz, ha seguido la lectura del veredicto desde la misma sala.
Redactar la sentencia
Ahora llega el turno del magistrado presidente del tribunal, Pedro José Vela, que tiene que redactar la sentencia definitiva en base a este dictamen durante los próximos días. En ella se deberá fijar la condena que se le aplicará a Bretón. La Fiscalía y la acusación particular pide 40 años de cárcel, la pena máxima establecida, por doble asesinato en grado de parentesco y agravante de alevosía, además de otro delito de simulación de delito. La defensa pedía su absolución.
Desde el martes, los integrantes del jurado han discutido a puerta cerrada sobre el objeto del veredicto entregado por el magistrado presidente. El tribunal no solo ha tenido que decidir sobre la culpabilidad o no de Bretón, sino sobre los puntos del caso, porque de lo que se trataba es de determinar los hechos probados en el proceso y esclarecer qué fue lo que realmente pasó aquel fatídico día.
Durante las tres semanas que ha durado el juicio, donde han comparecido más de 140 testigos y peritos, la actitud de este jurado popular no pasó desapercibido para nadie. En sus informes finales, todas las partes destacaron la “seriedad” con que se habían tomado el caso los nueve miembros que han decidido el destino final de José Bretón. Si bien el jurado popular no tenía ningún plazo oficial para alcanzar un veredicto, las deliberaciones se alargaron en dos jornadas y media consecutivas.
El abogado de José Bretón, José María Sánchez de Puerta, pidió al jurado popular antes de que se encerrara en la sala búnker que no se dejara influir por la campaña de desprestigio a su cliente. “La opinión pública ha condenado a Bretón desde el principio. La influencia de los medios ha sido fundamental en este asunto”, solicitó a los nueve miembros antes de que se retiraran a deliberar. Sin embargo, sus súplicas no han servido para nada.
Cronología de los hechos
Desde la desaparición de los niños en octubre de 2011, las pesquisas de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que se hizo cargo del caso, se centró sobre todo en la finca paterna y en las cinco horas en las que José Bretón estuvo solo con sus hijos: desde que los recogió en casa de su hermana, sobre las 13 horas, hasta que denunció que los había perdido, a las 18.40 horas. Sin embargo, en ese intervalo de tiempo su móvil dejó de registrar conexión de datos y los inspectores de comunicaciones de la Policía Nacional que analizaron el móvil reconocieron que no han sido capaces de averiguar dónde se encontraba el acusado en ese tiempo.
Al avanzar las investigaciones se descartó la versión de la desaparición que daba Bretón y se concentró en la posibilidad de que los niños fueran asesinados y quemados en Las Quemadillas, como ha sentenciado el jurado popular.