Emilio Antón Miranda (92 años). Marino de guerra, ingeniero y directivo de empresas del INI
Emilio Antón Miranda, nació en Ferrol el día 16 de junio de 1921 en el seno de una conocida familia ferrolana. Es el mayor de nueve hermanos (siete varones y dos mujeres). Hijo de Matías Cristóbal Antón Palacios (Colón, 1892-1973) y de Luisa Miranda y Maristany (1897-1958). Su padre fue una personalidad destacada en Ferrol, consignatario de buques, cónsul de varias naciones, decano del Cuerpo Consular, dos veces presidente de la Junta de Obras del Puerto (1926-1928; 1952-1956), presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación durante 37 años (1926-1928; 1928-1962) y fundador-primer presidente del Consorcio Pro Ferias y Exposiciones de Ferrol (1959-1962), tiene una calle dedicada en el Recinto Ferial FIMO.
Sus abuelos
Fueron también dos figuras muy relevantes. Su abuelo paterno, Emilio Antón e Iboleón (1853-1919), fue tres veces alcalde de
Ferrol (1899; 1900-1904; 1910-1913), gentilhombre de Cámara de S.M. el Rey, con ejercicio, y Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica (1901). Y su abuelo materno, el almirante Augusto Miranda y Godoy (1855-1920), marino ilustre de España, fue cinco veces ministro de Marina (1913-1917; 1918; 1919), consejero de Estado, senador vitalicio del Reino (1914-1920), creador del Arma Submarina e impulsor de importantes reformas en la Armada (entre ellas, el famoso plan de escuadra de la “Ley Miranda” de 17 de febrero de 1915).
Familia numerosa
Emilio Antón Miranda se casó en 1947 con Carmen Suanzes y de Mercader (Maca, 1927-2000), con quien formó también una gran familia numerosa. Tuvieron 10 hijos: Emilio -†-, Juan Antonio, María del Carmen, María Jesús -Machús-, Santiago, José Luis -†-, Carlos, Gonzalo, Belén y Paloma. Actualmente tiene 35 nietos y 17 bisnietos, por lo que en total descienden de ellos 52 personas.
Su carrera en la Armada y en el Instituto Nacional de Industria (INI)
Emilio Antón Miranda ingresó en la Escuela Naval Militar de San Fernando (Cádiz) el 28 de noviembre de 1940, continuando posteriormente sus estudios en la entonces recién inaugurada Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra) a partir de 1943. Siendo todavía aspirante, en 1941 protagonizó un hecho muy destacado cuando encontrándose en la mar a bordo de una lancha y a causa de un temporal, al zozobrar esta embarcación él y dos compañeros (José Febrel y José de Ory), se cayeron al agua. Emilio Antón, intentó rescatarlos con grandes esfuerzos, lo que no fue posible y se ahogaron, logrando él salvarse agarrándose a una boya después de estar varias horas nadando y a punto de agotarse. Por su “valerosa y humanitaria conducta, con peligro de su propia vida” se le concedió la Cruz del Mérito Naval, que le sería impuesta en un solemne acto presidido por el comandante-director de la Escuela Naval Pedro Nieto Antúnez, y en el transcurso del cual y en honor a Emilio Antón, todo el batallón de alumnos desfiló ante él, en la explanada del Panteón de Marinos Ilustres.
A lo largo de su formación naval estuvo embarcado en el buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano” (1942), minador “Vulcano” (1943), y destructores “Lazaga” y “Velasco” (1944). Fue promovido al empleo de alférez de navío del Cuerpo General de la Armada el 20 de diciembre de 1944 (Promoción 342). Ya como oficial desempeñó diversos destinos a bordo del destructor “Sánchez Barcáiztegui” (1ª Flotilla de destructores, 1945-1946); del buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano” (1946-1948); 2º comandante del buque-escuela “Virgen de la Caridad” (1948-1949), cargo este último que compatibilizó con el de profesor de la Escuela de Mecánicos. Siendo teniente de navío cursó la carrera de Ingeniero de Armas Navales, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Armas Navales (ETSIAN) de la Armada en Madrid. Al finalizarla causó alta en el Cuerpo de Ingenieros de Armas Navales con el empleo de capitán. Es especialista en Química y Explosivos. Ascendió a comandante el 4 de marzo de 1954, y al empleo de teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros de Armas Navales el 1 de enero de 1963 cuando contaba 41 años. Este cuerpo se unificaría posteriormente con el de Ingenieros Navales en 1968, integrándose ambos en el actual Cuerpo de Ingenieros de la Armada.
Con los empleos de capitán y de comandante, fue ayudante personal (1952-1954) del general inspector de Ingenieros Navales -y ex ministro de Industria y Comercio- Juan Antonio Suanzes y Fernández (1891-1977; I marqués de Suanzes en 1960), a la sazón presidente del INI, su suegro y tío en tercer grado.
Tras un breve período destinado en el Centro Técnico de Armas Navales, se incorporó como ingeniero –en puesto considerado de “interés militar”- a la Empresa Nacional “Calvo Sotelo”, del Instituto Nacional de Industria (INI), en pleno desarrollo económico e industrial de España, desempeñando a partir de entonces diversos cargos directivos -siempre en empresas nacionales del sector del petróleo y la petroquímica-, durante más de treinta años. En octubre de 1954 se acogió como militar a la situación administrativa de “Al servicio de otros Ministerios” -similar a la actual de servicios especiales-, para poder ejercer funciones profesionales en el INI. En 1957 durante varios meses se trasladó a Alemania para estudiar los sistemas de producción en fábricas de aceites lubricantes, parafinas y oxígeno líquido, para su posterior aplicación en España.
Fue, sucesivamente: ingeniero-jefe de Producción y Nuevas Instalaciones, subdirector y director del Complejo Industrial de
Puertollano (Ciudad Real), de la Empresa Nacional “Calvo Sotelo” -ENCASO; después REPSOL-, en donde se instaló y desarrolló una importante refinería de petróleo, y donde prestó servicios durante 16 años; consejero delegado y director general de CALATRAVA; consejero de “Industrias Extranjeras”-ENPETROL (Empresa Nacional de Petróleos), culminando finalmente su carrera como presidente de “Bioquímica Española”, cargo que ocupó asimismo durante varios años.
Está en posesión de diversas condecoraciones. De carácter sencillo y afable, su vida ha sido un ejemplo de bondad, esfuerzo y trabajo. Gran aficionado a los deportes (vela, tenis y golf principalmente), que ha practicado hasta fechas recientes y que supo también inculcar a todos sus hijos y nietos, se ha destacado siempre como un excelente padre de familia.