(EC-Ángel Collado)-La más alta tecnología para el comprador pudiente y con promoción directa a la puerta de su casa. La fragata más moderna de la Armada española, preparada incluso para integrarse en el sistema de escudo antimisiles norteamericano, ha estado en el puerto de Jeddah (Arabia Saudí) para que los jefes de la marina de ese país comprueben las capacidades del buque fabricado en los astilleros de Navantia. Los saudíes quieren adquirir a medio plazo hasta diez fragatas, cuatro para empezar. Es uno de los concursos en los que la empresa nacional se juega su futuro y miles de puestos de trabajo.
Al margen de las más altas gestiones diplomáticas a favor de los intereses españoles, la Armada se ha convertido en el principal apoyo para las ventas de Navantia en el extranjero. Vender fragatas a un país árabe del tipo de la Méndez Nuñez que ha estado en Jeddah es un nuevo y gran reto para la industria nacional, que hasta ahora limitaba la oferta de sus navíos de alta tecnología a Noruega y Australia.
Navantia compite en Arabia Saudí frente a franceses y norteamericanos. El Gobierno está empeñado en abrir mercados a Navantia en los países del Golfo Pérsico. También persigue un contrato para construir patrulleros para Qatar por valor de 3.000 millones de euros. El Rey hace gestiones personales para apoyar esa operación, según reveló el embajador de ese país y confirmaron en fuentes de la Casa Real a raíz de la oferta recibida por Iñaki Urdangarin para entrenar a la selección de balonmano de ese país.
Durante este año, la Armada española tiene integrado un buque de aprovisionamiento para el combate, el Cantabria, en la Real Marina Australiana. El acuerdo se firmó por propio interés: los australianos corren con los gastos de mantenimiento a cambio del servicio prestado cuando los presupuestos de Defensa no daban para moverlo en España. Además, Navantia gana así posiciones para obtener el encargo de construir navíos de ese tipo para el mismo país.
Gira comercial por África para promocionar el BAM
Con la visita a Arabia Saudí, la Armada continúa con las misiones que denomina de “apoyo a la industria nacional”, ya iniciadas en Asia y África, donde Navantia opta a vender patrulleros y corbetas. Con ese fin, el buque de acción marítima (BAM) Relámpago hizo durante las primeras semanas de este año toda una gira comercial, del Golfo Pérsico hasta su base en España, recalando en todos los puertos de países que son potenciales compradores de barcos de ese tipo.
La Armada aprovechó entonces que el Relámpago regresaba de su misión en la Operación Atalanta de lucha contra la piratería en aguas del Índico, aunque el BAM (también el navío más moderno en su categoría) tuvo que bordear todo el continente africano en vez de tomar la ruta directa por el Canal de Suez.
En el caso de la fragata Méndez Núñez, que estuvo atracada en el puerto de Jeddah la semana pasada, se repitió la circunstancia de que salía de prestar servicio en Atalanta, pero sólo necesitó hacer una escala, la de Arabia Saudí. El mercado potencial de ese tipo de navíos, por capacidades, precio y tecnología, es mucho más limitado que el de los BAM y pocos países fuera de Occidente tienen la necesidad defensiva y el presupuesto para adquirirlos. Arabia Saudí sí reúne esas condiciones.
Los BAM son patrulleros de altura, de 93 metros de eslora y un desplazamiento de 2.670 toneladas, apropiados para misiones de vigilancia y seguridad. Las fragatas F-100 clase Álvaro de Bazán, con 147 metros de eslora y 5.800 toneladas, son buques de multipropósito capaces de actuar de escolta en grupos aeronavales, actuar como buque de mando en zonas de conflicto o dar cobertura a fuerzas expedicionarias. La primera F-100 que salió de los astilleros de Navantia-Ferrol llegó a estar integrada en la flota norteamericana que opera en el Golfo Pérsico y participó en misiones de ataque a bases antiterroristas de la zona.
Con sistema Aegis y preparada para el escudo antimisiles
Pero lo que marca la diferencia en las F-100 es el sistema de combate Aegis que incorpora y que le permite competir en capacidades con los buques más grandes como destructores o cruceros. Las F-100 pueden integrarse en llamado escudo antimisiles que los Estados Unidos desplegarán en el Mediterráneo para prevenir ataques de los países asiáticos con capacidad para desarrollar misiles balísticos.
Durante su estancia en el puerto de Jeddah, una delegación de la Marina saudí pudo comprobar de primera mano los equipos y sistemas con que cuenta la Méndez Núñez. Según informó la Armada, la dotación de la fragata efectuó una demostración “recreando en el centro de información de combate un escenario para hacer frente a amenazas de vectores aéreos, submarinos y de superficie”.