La chance de la chanza

Amando de MiguelAmando de Miguel

No es muy común en España eso de la chance, un neologismo anglofrancés que ha calado más en América Latina. No se sustituye fácilmente por oportunidad. Es algo más. La chance es una puerta que se abre a la imaginación. En este caso el hablar de los españoles se permite introducir bromas, jocosidades y eutrapelias para relajar las tensiones. En una conversación corriente es difícil que no surja la sonrisa por parte de los interlocutores.

Véase el sucedido que me transmite Florinda Artime. Conducía la mujer por el laberinto de las calles madrileñas cuando la metálica voz del GPS le advirtió: «Al llegar a la rotonda, tome la segunda salida hacia la calle Juan Xií». Doña Florinda imaginó que el tal Xií se podría tratar de algún chino famoso. Pero al llegar a la calle se percató de que era realmente «Juan XXIII». Confío en que en otra ocasión no se deje guiar por el letrero de «A Soria», que está próximo al de «A Coruña». El primero anuncia la calle de Arturo Soria y el segundo la salida hacia el Norte. Antes de llegar a Coruña pasará por muchas ciudades.

José María Navia-Osorio se lamenta de que los papeles que le llegan de su compañía eléctrica, la Hidroeléctrica del Cantábrico, le tuteen sin misericordia. Dado que la compañía es portuguesa, podría ser que, si protestara, le dieran el tratamiento de «Excelentissimo Senhor«. La verdad es que don José María se lo merece.

Juan A. Fernández M. compone un remedo del famoso poema «If» de Kypling para comprobar si el que lee los condicionantes es «un auténtico progre español, ‘jomío». Los condicionantes son de este estilo:

• Criticar la pena de muerte en los USA pero no en las dictaduras de izquierdas.

• Emular a Bardem en su antisemitismo y anticapitalismo pero reservar una planta del mejor hospital de Los Ángeles con ocasión del parto de la mujer.

• Hacer ascos de los trajes de Camps, pero no del chalé de Blanco.

• Odiar a Federico Jiménez Losantos, Esperanza Aguirre, Sánchez Dragó o Aznar en la misma medida que se adora a Garzón, Valdano, Almodóvar o Ruiz Gallardón.

Hay más, pero para muestra basta con esos botones.

Gabriel Ter-Sakarian Arambarri nos da la primicia de que el Papa emérito, tras su renuncia, ha pedido que lo traigan a España para morir como Jesucristo, entre ladrones. Añado que habría que buscar a dos más representativos. Habría que aclarar quién hace de San Dimas.

José Cuevas nos cuenta que la izquierda de Asturias ha organizado fuertes manifestaciones para protestar por el cierre de la Fábrica de Armas de Trubia. Los organizadores son los mismos que se movilizaron con ocasión del «No a la guerra». La política tiene estas cosas.

 

 

 

 

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