El temporal de alerta naranja que ha azotado este sábado el litoral de A Coruña y Pontevedra ha dado lugar a pequeños tornados que han dejado diversos destrozos de diversa consideración en localidades como Ribeira, A Guarda y A Pobra, entre otras, en una jornada en la que según ha informado MeteoGalicia ha habido más de 200 rayos en la Comunidad gallega.
El suceso más relevante de esta jornada ha tenido lugar en la localidad coruñesa de Ribeira tras el paso de un pequeño tornado, con ráfagas de viento de hasta 65,9 kilómetros por hora, que han dejado una persona herida y numerosos daños materiales.
Según han explicado los bomberos de este municipio, una ráfaga de viento provocó el levantamiento del tejado de un puesto ambulante de churros, con lo que el aceite cayó sobre su propietaria y tuvo que ser evacuada al Hospital do Barbanza con quemaduras.
Otros daños enumerados por Protección Civil se produjeron en el tendido eléctrico, tejados y cornisas, fundamentalmente, en la zona de Castiñeiras y Palmeira. Además, en Coroso cayeron entre 15 y 20 árboles.
Destrozos de naves en A Guarda
Por su parte, según han informado fuentes de Protección Civil «un minitornado» en A Guarda ha dejado diversos daños de consideración en dos naves de la zona, aunque sin heridos.
De este modo, el fuerte viento que ha salido del mar y se ha ido adentrando en tierra de forma que ha alcanzado una nave de suministro de butano abandonada y ha tirado uno de sus muros, al tiempo que ha provocado el desprendimiento de partes de uralita del techo que han ido a parar a la carretera. Por otra parte, el fuerte viento ha provocado también el desprendimiento del tejado de una nave dedicada a la construcción en A Guarda.
árboles centenarios arrancados
En paralelo, fuentes de Protección Civil de A Pobra do Caramiñal, han hecho hincapié en que son «bastantes» los «estragos» que ha dejado el viento en esta localidad coruñesa, donde todavía están sufriendo rachas de hasta 50 kilómetros por hora.
Tras celebrar que no se produjeron «desgracias personales», sí han reseñado que árboles centenarios vieron varias de sus ramas arrancadas, mientras que otros troncos más pequeños no resistieron la fuerza del viento. Lo mismo ocurrió con techos y cornisas, que volaron de diversas casas del municipio y de las casetas del muelle y el tendido eléctrico también sufrió daños.
En otras zonas de la costa gallega, como la comarca pontevedresa de Val Miñor, también se registraron fuertes vientos, con ráfagas por encima de los 55 kilómetros por hora. No obstante, apenas dejó incidencias en tierra, y sus efectos prácticamente se dejaron notar en el mar.