Los resultados dejan claro que saber más de un idioma parece contribuir a una mayor agilidad mental y tener una vida más sana.
Las personas que han aprendido un segundo idioma cuando eran niños tienen mayor agilidad mental a edades avanzadas, según un estudio que el investigador Brian Gold, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos), ha publicado en la revista ‘Neuroscience’.
Para la realización del estudio, el equipo de Gold pidió a un grupo de voluntarios, formado por personas mayores y jóvenes bilingües y monolingües, que realizaran una serie de ejercicios mentales sencillos, como clasificar formas y colores.
Mediante técnicas de diagnóstico por imagen compararon la facilidad con la que los participantes ejecutaban cada tarea y cambiaban de una a otra, observando que el cerebro de las personas mayores que hablaban dos idiomas mostraba una actividad superior a la que registraba el de los de su misma edad monolingües y cercana a la de los voluntarios más jóvenes.
“Ser bilingüe desde la infancia parece mejorar la eficiencia del cerebro cuando se llega a la vejez”, sostiene Gold, que proyecta realizar otra investigación sobre si el aprendizaje de un segundo idioma en la edad adulta, o emigrar a otro país donde se hable una lengua diferente, puede proporcionar las mismas ventajas cognitivas que el bilingüismo desde la infancia.
Los resultados del estudio de Gold están en línea con los de investigaciones realizadas con anterioridad que apuntan que saber más de un idioma parece contribuir a una mayor agilidad mental, y que las personas bilingües con alzhéimer en estadio más avanzado presentan un nivel cognitivo similar al de pacientes con un deterioro menor.